Uno de cada seis adultos sufre problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, cada semana. Y la salud mental no sólo es una de las causas más comunes de enfermedad en todo el mundo, sino que va en aumento. Por lo tanto, es esencial encontrar formas de mejorar la salud mental.
Un tipo de terapia que está empezando a hacerse más popular es la «ecoterapia», que según sus defensores puede mejorar el bienestar mental y físico. Este tipo de tratamiento terapéutico formal, a veces denominado «ejercicio verde» o «cuidado verde», consiste en mantenerse activo en espacios naturales. También se prevé que sea una de las mayores tendencias del bienestar en 2020, aunque esta práctica no es ni mucho menos nueva.
Aunque las definiciones de ecoterapia varían, la mayoría coincide en que se trata de una actividad regular y estructurada que es:
- dirigida por el terapeuta
- se centra en una actividad (como la jardinería), más que en un resultado de salud
- tiene lugar en un entorno natural
- implica interactuar con el mundo natural y explorarlo, y
- fomenta la interacción social.
Sin embargo, la diferencia clave entre la ecoterapia y la recreación es la presencia de un profesional o terapeuta capacitado. A menudo se pasa por alto el papel del terapeuta, pero es clave para facilitar las interacciones de los clientes con el entorno natural y social y para establecer los objetivos clínicos de la sesión. Algunos ejemplos de actividades de ecoterapia pueden ser la jardinería, la agricultura, los paseos por el bosque y el arte y la artesanía en la naturaleza. Al igual que el cliente, el terapeuta participa activamente en la sesión de ecoterapia; de hecho, a menudo es difícil distinguir entre el cliente y el terapeuta.
¿Pero por qué la gente cree que la ecoterapia es tan beneficiosa para la salud mental? La base científica de la ecoterapia proviene de investigaciones anteriores que han demostrado que los entornos naturales son buenos para la salud mental y física. Una revisión sistemática analizó los beneficios de los entornos naturales para la salud y descubrió que interactuar con entornos naturales -como caminar o correr en un parque público- puede proporcionar una serie de beneficios para la salud, como la reducción del estrés y la mejora del estado de ánimo, el bienestar y la autoestima.
La investigación también ha demostrado que los entornos naturales también fomentan la actividad física. Por ejemplo, una sesión de jardinería de ecoterapia no sólo implica la interacción con la naturaleza, sino también la actividad física moderada y vigorosa asociada a la jardinería. Los estudios demuestran que la actividad física en entornos naturales tiene mayores beneficios para la salud en comparación con la actividad física en otros entornos. Algunos de estos beneficios son la disminución del estrés y la mejora del estado de ánimo.
La ecoterapia también puede proporcionar oportunidades para socializar, lo que supone otra razón para su uso como tratamiento de la salud mental. Las investigaciones demuestran que la soledad y el aislamiento social son dos veces más perjudiciales para la salud que la obesidad. También son más perjudiciales que la inactividad física y son tan dañinos para nuestra salud como fumar 15 cigarrillos diarios. La socialización también se asocia a una mayor esperanza de vida, ya que las investigaciones indican que hay un 50% más de probabilidades de supervivencia en las personas mayores que tienen relaciones sociales sólidas.
La ecoterapia también puede dar a las personas una sensación de logro y propósito. Puede proporcionar una estructura y una rutina a personas que podrían no tenerlas en sus vidas, tal vez debido a su mala salud mental. Tener una estructura y una rutina es uno de los aspectos del trabajo que la investigación demuestra que es beneficioso para la salud mental.
El terapeuta no sólo es clave para facilitar la participación de los clientes en los entornos naturales y sociales; sino también para asegurar que cada una de las sesiones de ecoterapia tenga un propósito definido. Es habitual que tanto el cliente como el terapeuta trabajen para conseguir este objetivo. Por ejemplo, en el caso de un proyecto de ecoterapia de jardinería, el objetivo podría ser desarrollar un jardín comunitario. En las actividades recreativas, el entorno específico, los tipos y la frecuencia de la interacción social y el propósito de la actividad elegida son impulsados por el participante.
La evidencia de la ecoterapia
Actualmente, gran parte de la evidencia que muestra los beneficios de la ecoterapia proviene de datos cualitativos. Por ejemplo, un estudio entrevistó a personas derivadas a los servicios de salud mental para conocer los efectos de la ecoterapia. Al parecer, el programa mejoró la salud física y mental, y proporcionó una estructura y una rutina diarias. También permitía a los participantes aprender nuevas habilidades y socializar. Pero no había datos estadísticos que respaldaran estos resultados. Esto significa que las conclusiones del estudio se basaron únicamente en las experiencias de los participantes, lo que podría no ofrecer una imagen exacta del efecto que tendría la ecoterapia en la población en general.
A pesar de esto, la investigación sobre los beneficios de la ecoterapia está creciendo. Un análisis en profundidad examinó nueve programas de ecoterapia diferentes. Descubrió que las personas que habían participado en cualquier tipo de programa de ecoterapia presentaban mejoras significativas en la autoestima, el bienestar y la inclusión social desde el inicio de su tratamiento, y también se sentían más conectadas con la naturaleza. Los participantes también experimentaron mejoras significativas en su estado de ánimo, ya que los sentimientos de ira, tensión, depresión y confusión se redujeron tras una sola sesión de ecoterapia.
Otros estudios han sugerido una reducción del estrés fisiológico y mejoras en la ansiedad, la depresión, el estado de ánimo y la autoestima en personas con diversas enfermedades psiquiátricas, como el trastorno bipolar y la depresión mayor, así como un mayor bienestar y un mayor compromiso social en personas con demencia que participaron en un programa de jardinería.
A pesar de los crecientes informes sobre los beneficios para la salud de la ecoterapia, todavía se necesitan pruebas científicas de alta calidad para respaldar mejor su eficacia. Sin embargo, la investigación a gran escala, aleatoria y rigurosamente controlada es difícil, ya que todos los proyectos de ecoterapia son únicos. Cada uno de ellos incluye diferentes actividades y entornos, distintas intensidades de ejercicio y los participantes pueden tener diversas necesidades de salud. Sin embargo, la versatilidad y singularidad de estos programas podría ser lo que contribuya a obtener resultados positivos para la salud.