Espondilitis anquilosante

La espondilitis anquilosante es una enfermedad inflamatoria de naturaleza degenerativa. Si la afección no se trata adecuadamente, es posible que las vértebras de la columna vertebral se fusionen. La espondilitis anquilosante es una enfermedad permanente que no tiene cura, pero quienes la padecen pueden controlar los síntomas y ralentizar el progreso de la enfermedad degenerativa buscando atención médica regular y discutiendo las opciones de tratamiento con un profesional médico.

Los enfermos pueden darse cuenta por primera vez de la enfermedad cuando el dolor y la rigidez en la espalda se vuelven insoportables. El dolor y la rigidez asociados a esta enfermedad son más frecuentes cuando una persona ha estado sentada o tumbada durante un largo periodo de tiempo. El dolor y la rigidez que son lo suficientemente intensos como para despertar a una persona del sueño pueden indicar que una persona sufre espondilitis anquilosante.

Aunque los investigadores no están seguros de la causa de la espondilitis anquilosante, se cree que es una afección genética. Los hombres son más propensos a desarrollar la enfermedad, y el inicio de la espondilitis anquilosante suele producirse al final de la adolescencia.

Como se ha mencionado anteriormente, la enfermedad puede hacer que las vértebras se fusionen. Otras complicaciones graves de la espondilitis anquilosante son la inflamación del ojo que provoca visión borrosa, la propensión a las fracturas de la columna vertebral y la inflamación del corazón.

Los afectados pueden reducir el riesgo de desarrollar complicaciones visitando a su médico con regularidad. Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos antiinflamatorios y fisioterapia. Dado que el dolor y la rigidez empeoran cuando los enfermos permanecen inactivos, es importante que las personas con espondilitis anquilosante hagan ejercicio a diario y eviten estar sentados o tumbados durante largos periodos de tiempo.

¿Qué es el SSDI?

El seguro de incapacidad de la seguridad social (SSDI) es un programa de seguros gestionado por el gobierno que proporciona prestaciones a quienes no pueden trabajar debido a una incapacidad de larga duración. Los fondos del programa proceden de las retenciones salariales, por lo que las personas que solicitan estas prestaciones en el futuro ya han cotizado al programa durante su vida laboral.

Las prestaciones del SSDI están destinadas a ayudar a las personas con discapacidad a llegar a fin de mes. Existen requisitos estrictos relacionados con el historial laboral del solicitante y la naturaleza y gravedad de la discapacidad que deben cumplirse para que una persona reciba las prestaciones. A diferencia de otros tipos de programas de asistencia, las prestaciones del SSDI se ganan y deben acceder a ellas quienes las necesiten.

Conseguir el SSDI para la espondilitis anquilosante

Para tener derecho a las prestaciones del SSDI con espondilitis anquilosante, una persona debe demostrar a la Administración de la Seguridad Social (SSA) que la afección le imposibilita realizar las tareas laborales con ajustes razonables. Lo más probable es que esta afección se incluya en el listado de discapacidad de artritis inflamatoria que mantiene la SSA.

Para cumplir los requisitos de este listado, se realizará un examen físico para determinar si existe una fijación pronunciada de la columna dorsolumbar o cervical. Si hay una fijación de 45 grados o más, se cumple el listado. Si hay una fijación de entre 30 y 45 grados y el afectado también experimenta complicaciones en dos o más órganos, también se cumple el listado.

Incluso si una persona no cumple los criterios anteriores, se pueden aprobar las prestaciones si el solicitante puede aportar pruebas de que las complicaciones y los síntomas de una afección limitan gravemente la capacidad del solicitante para realizar las tareas laborales requeridas. Los registros médicos se utilizarán como prueba de que existe una discapacidad, por lo que es esencial que los solicitantes busquen regularmente atención médica para una condición de discapacidad.

Obtener ayuda de un abogado

Solicitar beneficios de SSDI es un proceso complicado. Muchas solicitudes por primera vez son rechazadas, y las personas que reciben una carta de rechazo a menudo descubren que no llenaron correctamente el papeleo o proporcionaron la documentación requerida. Tratar con la SSA puede ser frustrante, y apelar un rechazo lleva meses. Cuando una persona discapacitada está luchando para llegar a fin de mes, es importante asegurarse de que el proceso de solicitud de beneficios del SSDI se desarrolle de la manera más fluida posible. La mejor manera de eliminar el estrés de la solicitud de los beneficios tan necesarios es contratar a un abogado con experiencia en SSDI. Los abogados de SSDI son conocedores de los reglamentos y requisitos de la SSA, y estos profesionales legales son capaces de proporcionar orientación y asesoramiento sobre cómo los clientes pueden reunir pruebas para apoyar su reclamo. El primer paso para un proceso de solicitud de beneficios de SSDI menos estresante es programar una consulta.

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