Visión y síndrome de Down

Las personas con síndrome de Down (SD) tienen un mayor riesgo de padecer una serie de trastornos visuales que pueden afectar al desarrollo de sus habilidades visuales.

El síndrome de Down (SD) está causado por una duplicación de todo o parte del cromosoma 21, lo que hace que haya tres copias del cromosoma en lugar de las dos habituales. El material genético adicional provoca ciertos cambios físicos en los individuos con SD.

El síndrome de Down es una de las anomalías cromosómicas más comunes en los niños.

La frecuencia del SD es de aproximadamente 1 de cada 800 nacimientos, con una mayor frecuencia entre las madres mayores.

Con las mejoras especializadas en la calidad de la atención médica y los recursos educativos, los individuos con SD pueden vivir una vida más productiva y prolongada.

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¿Cómo afectan los problemas de visión a los niños con SD?

Según el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, más del 60 por ciento de los niños con SD tienen problemas de visión.

Además, las prescripciones ópticas de los niños con SD suelen estar en el rango más alto de la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo, lo que a menudo les obliga a utilizar lentes y monturas especiales.

Por lo tanto, incluso con gafas correctoras para la visión de cerca o de lejos, la calidad de su visión puede verse afectada como resultado de la reducción de las habilidades visuales.

¿Cuándo es necesario un examen ocular?

El síndrome de Down afecta al desarrollo de los ojos, lo que puede repercutir en el correcto desarrollo de la visión. Según las investigaciones, las enfermedades oculares prevalecen en más del 50 por ciento de los pacientes con SD, desde afecciones más leves, como las anomalías del conducto lagrimal, hasta diagnósticos graves, como las cataratas, que pueden causar una pérdida significativa de la visión.

Los exámenes oculares completos y frecuentes, a partir de los 6 meses de edad, son esenciales para las personas con SD.

Es importante tener en cuenta que un examen ocular puede suponer un reto tanto para el niño como para el médico, por lo que se recomienda elegir un oftalmólogo experto en la evaluación de niños con retrasos en el desarrollo.

Condiciones visuales comunes que afectan a los individuos con SD

Errores de refracción: los niños con SD son más propensos a necesitar gafas que otros niños como resultado de la miopía (miopía), hipermetropía (hipermetropía) y/o astigmatismo. Un error de refracción puede desarrollarse al principio de la vida o más tarde.

Estrabismo y ambliopía – Entre el 20 y el 60 por ciento de los individuos con SD tienen ambliopía (ojo vago) o estrabismo (ojos cruzados). La esotropía (giro del ojo hacia adentro) es lo más común, mientras que la exotropía (giro del ojo hacia afuera) ocurre con menos frecuencia. El estrabismo suele pasar desapercibido o puede quedar oculto por los pliegues de la piel entre los ojos y la nariz.

Es importante diagnosticar el estrabismo lo antes posible, ya que los ojos cruzados pueden provocar ambliopía, pérdida de estereopsis (el uso de los dos ojos juntos) o pérdida de la percepción de la profundidad. La ambliopía y el estrabismo pueden tratarse con gafas o terapia visual (con o sin parches), y/o con cirugía de los músculos oculares (que suele implicar múltiples procedimientos).

Queratocono – Aproximadamente el 30 por ciento de los individuos con SD padecen esta enfermedad que provoca el adelgazamiento de la córnea (capa frontal del ojo) y visión borrosa. El queratocono suele diagnosticarse en torno a la pubertad y es esencial un seguimiento regular.

Cataratas – Hay una mayor incidencia de cataratas congénitas (presentes al nacer) así como de cataratas adquiridas entre la población con SD. Las cataratas provocan la opacidad del cristalino dentro del ojo. La afección puede progresar lentamente, por lo que debe controlarse periódicamente para un tratamiento adecuado.

Si las cataratas están presentes en la infancia, impedirán que llegue una imagen clara al cerebro, por lo que éste nunca «aprenderá» a ver. Esto puede causar una forma grave de ambliopía conocida como ambliopía de privación. El tratamiento quirúrgico de las cataratas se realiza cuando es necesario.

Glaucoma- Hay una mayor incidencia de glaucoma infantil entre la población con SD. El glaucoma es el resultado de una presión elevada dentro del ojo y puede conducir a una pérdida significativa de la visión. El tratamiento adecuado depende de la gravedad de la afección y puede incluir medicación, tratamientos con láser o cirugía.

Blefaritis – La inflamación de los párpados con enrojecimiento en el borde de los mismos y formación de costras alrededor de las pestañas puede causar sequedad o ardor. La higiene de los párpados y los antibióticos tópicos se utilizan normalmente para tratar esta afección.

Lágrimas – Puede producirse un exceso de lágrimas o lagrimeo de los ojos como resultado de un canal de drenaje bloqueado o estrecho (obstrucción del conducto nasolagrimal). Esto puede requerir un tratamiento quirúrgico.

Nistagmo – Movimiento involuntario de «ida y vuelta» o sacudida de los ojos que puede afectar a la claridad de la visión en un grado de leve a grave. Aunque la cirugía puede mejorar la apariencia, y las inyecciones de botox a veces son capaces de reducir la cantidad de movimientos visibles, los resultados son generalmente sólo temporales.

Signos de un problema de visión

Desgraciadamente, los niños con SD a menudo no se quejan de sus problemas oculares, ya sea porque son incapaces de comunicar que hay un problema, o porque simplemente no notan un problema.

Por lo tanto, es esencial que los padres y cuidadores estén atentos a los siguientes signos que pueden indicar un problema de visión:

  • Visión borrosa
  • Se sienta cerca del televisor
  • Dificultades para leer
  • Trastabillar
  • Cerrar un ojo
  • Inclinación inusual de la cabeza
  • Poca coordinación mano-coordinación mano-ojo
  • Sensibilidad a la luz
  • Cruzamiento o desviación de uno o ambos ojos
  • Ptosis (párpados caídos)
  • Lloriqueo o secreción (conducto lagrimal obstruido)

Si su hijo ha experimentado alguno de estos síntomas póngase en contacto con un oftalmólogo cercano.

Gafas especiales diseñadas para pacientes con SD

Más del 50 por ciento de todos los individuos con SD tienen un error de refracción, incluyendo altos niveles de hipermetropía (hipervisión), miopía (miopía) o astigmatismo- que requieren el uso de gafas a tiempo completo.

Las gafas típicas no suelen ser apropiadas para las personas con SD debido a sus rasgos faciales únicos. Sin embargo, se ha diseñado una amplia variedad de monturas ópticas específicamente para individuos con SD- permitiendo que el puente de la montura se ajuste adecuadamente a la nariz, y que las patillas se modifiquen para evitar que las gafas se deslicen constantemente hacia abajo.

Además, las lentes ópticas para pacientes con SD suelen incluir diseños de transición, de alto índice y bifocales.

Terapia visual para pacientes con SD

La terapia visual, con o sin gafas, es muy eficaz para tratar la ambliopía, el estrabismo y otras dificultades visuales funcionales que son comunes entre la población con SD.

Cada programa de terapia visual se personaliza según las necesidades de cada paciente, e incluye actividades terapéuticas para reentrenar la conexión ojo-cerebro y mejorar las habilidades visuales necesarias para una visión binocular clara.

La terapia visual tiene como objetivo mejorar las siguientes habilidades visuales:

  • Alineación de los ojos
  • Equipamiento de los ojos
  • Enfoque de los ojos
  • Movimientos de los ojos
  • Procesamiento visual

La mejora de las habilidades visuales puede mejorar la calidad de vida

La mejora de las habilidades visuales a través de un programa de terapia visual facilitará el logro de los hitos del desarrollo e influirá significativamente en el desarrollo de importantes habilidades para la vida de los niños con SD.

El uso de gafas apropiadas y la participación en un programa de terapia visual pueden mejorar las habilidades de su hijo y mejorar significativamente su calidad de vida en general.

Programe una cita con un oftalmólogo especialista en terapia visual para mejorar la visión de su hijo.

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