Violencia, Incivilidad e Intimidación

Aunque la enfermería es una profesión dedicada a ayudar a los demás, la naturaleza altamente cargada de muchos de los entornos en los que trabajan las enfermeras puede llevar a situaciones en las que las emociones se desbordan.

La incivilidad, la intimidación y la violencia en el lugar de trabajo son problemas graves en la enfermería, con la incivilidad y la intimidación generalizadas en todos los entornos. La incivilidad es «una o más acciones groseras, descorteses o irrespetuosas que pueden tener o no una intención negativa detrás». La ANA define el acoso como «acciones repetidas, no deseadas y perjudiciales que pretenden humillar, ofender y causar angustia en el receptor»

Tales actos de agresión -ya sean verbales o físicos- son totalmente inaceptables, ya sean realizados por pacientes o por colegas. Estos incidentes no sólo afectan gravemente al bienestar de la enfermera en cuestión, sino también a su capacidad para atender a sus pacientes.

ANA trata de proteger a las enfermeras de todo tipo de conflictos en el lugar de trabajo a través de diversos métodos, como la defensa, la política y los recursos. Queremos que las enfermeras, los empleadores y el público creen y fomenten conjuntamente un entorno de trabajo saludable, seguro y respetuoso en el que los resultados positivos para la salud sean la máxima prioridad.

Tipos de violencia

Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), hay cuatro tipos de violencia a los que las enfermeras pueden enfrentarse en su entorno de trabajo:

  1. Intención criminal. El agresor no tiene relación con la víctima y la violencia se lleva a cabo en relación con un delito.
  2. Cliente. La agresión más común basada en el entorno sanitario, el agresor es un miembro del público con el que la enfermera está interactuando durante el curso de sus funciones habituales.
  3. Trabajador contra trabajador. Comúnmente percibido como acoso, en estos casos el agresor y la víctima trabajan juntos, aunque no necesariamente en la misma función o al mismo nivel.
  4. Relación personal. En estos incidentes, la víctima ha sido objeto de una relación exterior con el agresor, y la violencia tiene lugar en el lugar de trabajo.

Es importante recordar que ninguna de las situaciones anteriores se limita a la violencia física: el abuso verbal y psicológico puede ser igual de perjudicial para la enfermera y su capacidad para atender a los pacientes. Todos estos abusos entran en el ámbito de la agenda de la ANA contra la violencia laboral.

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