Si alguna vez has pensado en adquirir un monitor con una alta tasa de refresco, como uno de 144Hz o 240Hz, probablemente te habrás dado cuenta de que un buen número de ellos vienen con algo llamado G-Sync.

Pero qué es G-Sync y, lo que es más importante, ¿merece la pena el precio extra y hay alguna alternativa?

Estás a punto de descubrirlo.

¿Qué es G-Sync?

Empecemos por lo básico.

Pues bien, para explicar qué es G-Sync, primero tenemos que presentaros V-Sync. Sin entrar en demasiados detalles, podemos resumirlo de la siguiente manera:

Si la frecuencia de refresco de tu monitor y la velocidad de fotogramas producida por tu tarjeta gráfica no están sincronizadas, se producirán algunos desagradables desgarros en la pantalla. Para evitarlo, V-sync limita el número máximo de fotogramas para evitar que ambos se desincronicen.

Ahora bien, aunque ésta puede ser una solución suficientemente buena para monitores de 60 Hz y bajas frecuencias de cuadro, cuando entramos en el territorio de los 144 Hz, V-Sync puede provocar fácilmente tartamudeo y retraso en la entrada, algo que definitivamente no quieres en un monitor que has adquirido por su rendimiento. Y ahí es donde entra en juego la sincronización adaptativa.

Lo que hace la sincronización adaptativa es comunicarse con el monitor para mantener continuamente la tasa de refresco sincronizada con las inevitables fluctuaciones de la velocidad de fotogramas. Esto mantiene a los dos en sincronía sin tener que imponer ningún tipo de límite en los FPS. En cuanto a G-Sync, es simplemente la versión de Nvidia de la sincronización adaptativa.

¿Por qué son caros los monitores G-Sync?

Algo de lo que probablemente te hayas dado cuenta si has estado mirando monitores G-Sync es que siempre son bastante caros. ¿Y por qué es así?

En primer lugar, debemos señalar que G-Sync es una tecnología basada en hardware. Esto significa que el monitor requiere la instalación de un módulo escalador propietario de Nvidia para poder soportar esta tecnología. No hace falta decir que esto significa que Nvidia tiene el monopolio de G-Sync, por lo que los fabricantes de monitores tienen que aumentar el precio para compensar el coste extra de la implementación de G-Sync.

Sin embargo, este estricto control no es necesariamente algo malo. Es cierto que no hay competencia, por lo que los precios son elevados, pero la estrecha participación de Nvidia y el control de calidad garantizan que G-Sync se implemente adecuadamente y funcione a la perfección en todos los monitores G-Sync.

¿Qué otra opción tienes?

Ahora bien, si has estado mirando alguno de los monitores de 144 Hz más asequibles, probablemente te habrás dado cuenta de que AMD tiene su propia versión de la sincronización adaptativa: FreeSync.

FreeSync es mucho más barato de implementar para los OEM. Esto se debe a que, aunque también requiere la instalación de un módulo escalador físico, puede funcionar con cualquier módulo escalador de terceros. Como tal, encontrarás monitores FreeSync más baratos que G-Sync, junto con algunos muy asequibles en general.

Por supuesto, esto también significa que no hay un control de calidad estricto como lo hay con G-Sync. Debido a esto, la calidad puede variar, y FreeSync normalmente sólo funciona en un rango de framerate específico que es especificado por el fabricante del monitor. Así que, si acabas optando por FreeSync en su lugar, deberías consultar la lista de monitores FreeSync de AMD.

Además, también debemos señalar que G-Sync y FreeSync sólo son compatibles con las GPU de Nvidia y AMD, respectivamente, y aun así, no todas las GPU de Nvidia y AMD soportarán la sincronización adaptativa.

Conclusión – ¿Merece la pena G-Sync?

Con todo lo dicho, ¿merece la pena el coste extra de G-Sync?

Bueno, si eres un usuario de Nvidia y tienes la vista puesta en un monitor de 144Hz o 240Hz, realmente no tienes otra opción. Es cierto que FreeSync es la alternativa más asequible, pero no sólo se limita a las GPU de AMD (al igual que G-Sync se limita a las GPU de Nvidia), sino que además G-Sync suele funcionar mucho mejor, sin restricciones de framerate.

Sin embargo, si estás comprando un nuevo monitor o posiblemente una nueva tarjeta gráfica y tienes un presupuesto ajustado, te sugerimos una GPU AMD y un monitor FreeSync si quieres experimentar el juego a 144Hz.

En el caso de que tengas dinero y estés dispuesto a gastarlo, una GPU Nvidia más potente emparejada con un monitor G-Sync será sin duda la mejor experiencia de juego que puedas conseguir ahora mismo.