(Incluido el cuidado de heridas y el tratamiento de afecciones del sistema nervioso central (SNC))
Contexto normativo
Para el tratamiento con HBO2, las cuestiones importantes se centran en la eficacia del tratamiento para algunas afecciones, así como en la frecuencia, la dosis y la duración del tratamiento. La lista de aplicaciones para el tratamiento con HBO2 se ha ampliado más allá de las aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) o cubiertas actualmente por el Centro de Servicios de Medicare (CMS).
Ranking de criterios primarios
- Seguridad = Media
- Eficacia = Alta
- Coste = Alto
Calendario de evaluación
- Borrador de preguntas clave publicado: 24 de mayo de 2012
- Periodo de comentarios públicos: 24 de mayo – 11 de junio de 2012
- Publicación del proyecto de informe: 4 de enero de 2013
- Periodo de comentarios públicos: 7 de enero – 7 de febrero de 2013
- Informe final publicado: 18 de febrero de 2013
- Reunión pública del HTCC: 22 de marzo de 2013
Antecedentes
El tratamiento con oxígeno hiperbárico (HBO2) implica la administración sistémica de oxígeno gaseoso puro a presiones superiores a 1 atmósfera en una cámara especializada. El oxígeno hiperbárico también puede administrarse en una cámara multiplaza en la que los pacientes respiran oxígeno al 100% a través de una mascarilla o dispositivo similar con la presión del aire circundante aumentada hasta 2 o 3 veces la presión atmosférica. La elevada concentración y presión del oxígeno permite mayores niveles de absorción de oxígeno por parte de la sangre, creando una hiperoxigenación en los tejidos. Los beneficios potenciales de la terapia hiperbárica incluyen que puede reducir el edema, promover la actividad antimicrobiana, mejorar la respuesta inmune y facilitar la formación de colágeno, vasos sanguíneos y otros tejidos. En el caso de las afecciones crónicas, el tratamiento con OHB2 suele emplearse como complemento de las intervenciones quirúrgicas o farmacológicas. El tratamiento con OHB2 es un procedimiento relativamente seguro, pero conlleva algunos riesgos debido al aumento de la presión y la hiperoxia. La única contraindicación absoluta es un neumotórax a tensión no tratado. Las contraindicaciones relativas son el deterioro de la ecualización de la presión y las enfermedades cardíacas.