El término «Hipogonadismo» designa una deficiencia en la función ovárica o testicular. Existen varios orígenes posibles, entre ellos, la ausencia de desarrollo sexual en un individuo, o bien, la esterilidad femenina o masculina. Este trastorno puede ser el resultado de una anomalía congénita (síndrome de Turner) o del consumo de verduras cultivadas en suelos ricos en cadmio.
En las mujeres, el hipogonadismo se manifiesta de tres formas: Hipogonadismo primario, hipogonadismo central y menopausia. El hipogonadismo primario se caracteriza por una mala función ovárica. En efecto, la producción de FSH y LH (hormonas producidas por el hipotálamo y la hipófisis) es normal, sin embargo los ovarios producen poco o ningún estrógeno. También llamado hipogonadismo secundario, el hipogonadismo central resulta de una anomalía del eje hipotálamo-hipofisario, provocando una disminución o un cese total de la producción de FSH y de LH. La menopausia es también una forma particular de hipogonadismo.
En los hombres, el hipogonadismo se presenta por una deficiencia en la función testicular. Se trata de la producción de esperma y de la secreción de testosterona. Esta patología se evoca en los varones púberes alrededor de los 14 años. Se observa un retraso de la pubertad con un crecimiento del pelo escaso o nulo, un aumento del volumen de las mamas y unos testículos de tamaño reducido. En los hombres adultos, este trastorno puede causar pérdida de la libido, impotencia, pérdida de cabello en relación con la frecuencia de afeitado, infertilidad, etc.
Se pueden considerar diversas soluciones para tratar el hipogonadismo, como la prescripción de estrógenos o testosterona, la cirugía y la radioterapia.