La vida que transmite una planta suculenta es bastante especial. Una hoja que se desprende de un tallo puede echar raíces y entonces se forma un nuevo brote. Las suculentas nos enseñan mucho sobre la maravilla de la vida.

A estos tipos les gusta mucho el sol, por lo que son ideales para aquellas zonas donde otras plantas podrían necesitar mucho riego. Algunas pueden incluso cultivarse en el interior, de hecho se comportan bastante bien en el interior siempre que la zona esté bien iluminada.

El truco para cultivar suculentas es simple, si tiene dudas, no las riegue. Les gusta la consistencia de un buen chorro de agua aplicado a lo largo del tiempo.

Un entorno de suculentas es seco con muy poca lluvia, una vez que llega la lluvia (a veces semanas, meses después) la suculenta sabe que debe crecer. Entonces se le deja secar durante las siguientes semanas antes de volver a ver la lluvia. El ciclo de una suculenta es crecer cuando llueve y dejarla descansar en seco mientras espera que vuelvan las lluvias, de forma ordenada. No crecer, crecer, crecer y luego secarse, crecer, secarse. Es todo demasiado confuso para un bebé tan suculento.

Una vez cada dos semanas suele ser suficiente durante los meses más cálidos. Cuando se riegan bien. Durante el invierno, realmente no necesitan agua en absoluto. Si no está seguro, es mejor aguantar en lugar de regar y comprobar que la tierra está seca entre riegos. Demasiada humedad y sus suculentas sólo se pudrirán.

Recomendamos plantarlas en un suelo bien drenado y, preferiblemente, utilizar una mezcla orgánica de drenaje libre para macetas de suculentas.

Leer más a través del blog «Dígame qué es exactamente una suculenta» o «omg mi suculenta se ve con patas»