La presión arterial alta, también llamada hipertensión, se produce cuando la presión dentro de las arterias es más alta de lo que debería. La presión arterial se mide con dos números.
- El primer número o el superior se llama presión «sistólica», que representa la presión cuando el corazón está bombeando con toda su fuerza.
- El segundo número o inferior se llama presión «diastólica» y es la presión cuando el corazón se está relajando entre latidos.
Así que, como ejemplo, cuando alguien dice que su presión es de 120/80, la sistólica es el número «120» y la diastólica es el número «80». El objetivo para cualquier persona con presión arterial alta es mantener la mayoría de las lecturas de la presión arterial por debajo de 140/90.
Monitoreo de la presión arterial
La presión arterial puede cambiar en los individuos en función de la edad, el nivel de actividad, la dieta y el peso, por lo que es importante que usted monitoree su presión arterial si ha sido diagnosticado con presión arterial alta y para asegurarse de que se mantiene bajo control. Recomendamos a los pacientes con hipertensión arterial que se tomen al menos una lectura de la tensión arterial a la semana (en varios momentos del día) y que guarden esta información en un registro que lleven al médico. Anotar esto en un registro puede ser difícil de recordar, y a la mayoría de los pacientes les resulta difícil mantenerlo. Además, todas las lecturas de la tensión arterial que se registran no suelen figurar en el historial médico. Hoy en día, sin embargo, hay formas más fáciles y avanzadas de lograr esto utilizando un manguito de presión arterial que envía todos los resultados directamente a su registro médico para su equipo de atención médica para ver. Este es el método que utilizamos y recomendamos en nuestro programa de tratamiento.
Controlando su presión arterial
Su presión arterial debe tener un promedio inferior a 140/90 para ser considerada bajo control. La buena noticia es que casi todas las personas con presión arterial alta pueden controlar su presión arterial utilizando una combinación de medicamentos y un estilo de vida más saludable. Sin embargo, la triste noticia es que sólo la mitad de las personas a las que se les diagnostica hipertensión logran controlarla, lo que les expone a un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o una insuficiencia cardíaca, así como enfermedades renales y oculares. Conseguir que su presión arterial esté por debajo de 140/90 reducirá el riesgo de desarrollar cualquiera de estas afecciones y le conducirá a una vida más saludable y de mayor calidad.