Las personas que padecen el trastorno disfórico premenstrual (TDPM) tienen una mayor probabilidad de comer en exceso. El TDPM, que normalmente comienza con el inicio de la menstruación, va acompañado de varios síntomas emocionales y físicos. Entre ellos se encuentran la irritabilidad severa, las alteraciones gastrointestinales, la depresión y la ansiedad, así como los antojos de comida.
El hambre antes de la menstruación es a veces una indicación de que el cuerpo necesita más de un determinado nutriente. El hierro, en particular, puede disminuir en las personas con flujo menstrual abundante y debe reponerse.
Por último, las normas culturales también entran en juego. Algunos expertos señalan la forma en que se enfatiza el chocolate como medio ideal para afrontar el estrés. Los mensajes de los medios de comunicación sobre el aspecto físico y la relación que tienen las mujeres con la comida influyen en sus opiniones. Mientras que la sociedad desaprueba los atracones de alimentos azucarados y grasos, una vez al mes, durante la menstruación, se convierte en algo culturalmente aceptable.
¿Necesitas más calorías durante la menstruación?
Dado que tu RMR suele aumentar sólo ligeramente mientras estás con la menstruación, no planees quemar calorías extra sin intentarlo. Por muy bonito que sea decir que se queman más calorías durante el período, no hay ninguna investigación que lo demuestre.
Si por casualidad tiene una RMR más alta y se siente particularmente hambrienta, estará tentada a aumentar su consumo de calorías mientras está en su período. Pero tenga cuidado, esto puede llevarla por un camino peligroso. Las bebidas como el café con leche o los batidos añaden cientos de calorías adicionales a tu dieta diaria. Intenta llevar un control de tus comidas con una app o un diario de alimentos para no perder el rumbo.
Como se mencionó anteriormente, es posible que necesites reponer el hierro perdido durante la menstruación. Esto suele ser tan sencillo como comer un poco de carne roja, marisco o hígado. Pero si eres vegetariana, considera tomar suplementos de hierro, con la aprobación de tu médico, por supuesto. También puedes comer espinacas, frutos secos, semillas y legumbres. Recuerda potenciar la absorción de hierro combinándolos con alimentos ricos en vitamina C, como el brócoli o las naranjas.