Revisión: ‘Gentleman Jack’ encuentra a una mujer fanfarrona en busca de esposa

«Jack» se basa en los diarios de la verdadera Anne Lister, que contó la historia de su vida en millones de palabras, muchas de ellas en un código basado en símbolos matemáticos y el alfabeto griego que no se descifró hasta la década de 1890. (Su contenido no se publicó hasta la década de 1980.) Era una mujer que amaba a las mujeres y las cortejaba pícaramente. Era una terrateniente que hacía negocios con el cálculo. No era un hombre. Simplemente insistió -con un éxito sorprendente para su época- en tener las mismas libertades que uno.

Era, sobre todo, una presencia, como anuncia la serie al hacerla llegar conduciendo una yunta de caballos a su ciudad natal, Halifax, a la que ha regresado para hacerse cargo de su destartalada casa solariega de Shibden Hall. Desmonta, enérgica y dominante, con el aspecto de una asesina steampunk-gótica.

Aunque Anne vuelve a casa con el corazón roto por un amante que se ha comprometido con un hombre, la escena anuncia que ésta no será una historia trágica de una lesbiana que vive furtivamente en una época que no la comprende. Anne Lister sabe la vida que quiere, y tiene los medios para decidir que la tendrá.

Al hacerse cargo de los libros de la finca -ante la irritación de su hermana Marian (Gemma Whelan), perennemente eclipsada por ella- se propone explotar los yacimientos de carbón de la finca, lo que le hace entrar en conflicto con el elegante empresario Christopher Rawson (Vincent Franklin).

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