Este es un término del que se oye hablar a menudo pero, ¿qué es el know how? Podría trasladarse al español como el saber hacer de una empresa. A grandes rasgos, y ahora se profundizará en este tema, engloba los conocimientos que permiten a una compañía ofrecer su producto o servicio con un valor añadido. ¿A qué se aplica? ¿Se puede considerar cualquier procedimiento como know how? Toma nota, damos respuesta a todas tus preguntas.
Qué es el know how empresarial
El término know how se puede considerar como un activo intangible de la empresa. Es un término que puede aplicarse tanto a la parte estratégica como a la parte operativa y técnica de la organización, y en definitiva agrupa los conocimientos que se extienden a toda la compañía y que la han llevado al éxito.
El know how se desarrolla mediante la práctica habitual. No es más que un conjunto de experiencias que han llevado al éxito y ahora conforman el saber hacer de la empresa.
¿No es más que un conjunto de experiencias que han llevado al éxito y ahora conforman el saber hacer de la empresa?
A la hora de medirlo, hay que hacerlo en términos económicos, pues este saber hacer o saber cómo incide en la posición de la compañía respecto a la competencia. Esto da como resultado una ventaja competitiva de la que se hablará más adelante.
Cómo saber si hay un know how en una empresa
Muchas veces se tiende a usar este término de manera incorrecta para definir cualquier proceso utilizado en una compañía. Sin embargo, hay ciertos requisitos que deben cumplirse para hablar de know how de manera correcta.
¿Es concreto?
El primero de ellos es que debe ser algo concreto: una determinada técnica, un ingrediente específico… hay muchas posibilidades. No se puede hablar de know how para decir que una compañía trabaja solo con materiales de calidad, por ejemplo. Esto sería hablar de ética o visión, pero es algo muy general y que puede decir cualquier otra organización, por lo que no se podría considerar que esté dentro de este saber hacer.
¿Es secreto?
Por otro lado, debe tratarse de algo secreto. Es decir, no es know how una técnica que usan todas las empresas del sector, solo lo será si precisamente es un rasgo que distingue a la compañía de la competencia. De hecho, este conocimiento puede protegerse legalmente, pues el artículo 39 del Acuerdo sobre los ADPIC cita:
«Las personas físicas y jurídicas tendrán la posibilidad de impedir que la información que esté legítimamente bajo su control se divulgue a terceros o sea adquirida o utilizada por terceros sin su consentimiento, de manera contraria a los usos comerciales honestos»
¿Otorga una ventaja competitiva?
El saber cómo ha de otorgar una ventaja competitiva. Esto es un lugar destacado y privilegiado respecto a otras empresas con motivo de este aspecto característico. Por eso mismo debería poder valorarse desde el punto de vista económico.
En definitiva, no se puede considerar know how cualquier técnica utilizada en una compañía. Solo lo será si es concreta y exclusiva, ajena a la competencia.
Ventajas de tener un know how concreto
Como se decía, el principal beneficio de tener un know how concreto es esa ventaja competitiva respecto a otras empresas del sector. Este saber hacer será uno de los principales atractivos de la compañía, que encontrará en él un gran argumento de marketing.
Un ejemplo que la mayoría de la gente conoce es el de Coca-Cola con su fórmula secreta. Hay muchos refrescos de cola en el mercado, pero al no conocer este ingrediente, ninguna empresa puede reproducir al 100% el sabor de Coca-Cola. Es todavía más notable su efecto comercial, pues otorga a la marca un halo misterioso que la sigue situando como líder en su sector. Un hecho concreto, desconocido para la competencia y que, sin duda, da a la compañía una ventaja competitiva.
Un elemento clave en la gestión del conocimiento
Además, el hecho de contar con unos procedimientos concretos mejora la productividad de la empresa. La estrategia estará mucho mejor definida, pues habrá un concepto claro y concreto en torno al que girar, y este saber hacer también ayudará a tener unas pautas para la toma de decisiones. Estos últimos beneficios se obtienen, en general, con la gestión del conocimiento, donde habrá que situar el know how en un lugar primordial.
Lo primero que hay que hacer es situar el know how dentro del segundo grupo porque se desarrolla a través de experiencias y prácticas habituales
Hay dos tipos de información. La primera es la explícita y objetiva, la que se transmite a través de los programas de formación, libros y manuales. Después está el conocimiento tácito, el que forma parte de las experiencias del empleado y se transmite entre la plantilla.
Lo primero que hay que hacer es situar el know how dentro del segundo grupo, pues ya se decía que se desarrolla a través de experiencias y prácticas habituales. La única forma de transmitirlo, por su condición de «secreto», es de forma interna. Para aprovechar todas sus ventajas, habrá que incluirlo como uno de los elementos claves de la gestión de conocimiento.
¿Cómo transmitir el know how?
¿Cómo transmitirlo? Por supuesto, se puede elaborar un manual que lean los nuevos empleados, pero puede haber dudas que queden sin resolver, por lo que habría que combinarlo con otras técnicas. Una de ellas es asignar un mentor que acompañe al trabajador en su proceso de adaptación a la empresa. Se ocupará de explicarle todo lo que tiene que saber y de supervisar lo que hace hasta que lo vea preparado para trabajar solo.
La rotación de puestos es también muy útil para este objetivo. Consiste en que el empleado vaya pasando por distintos departamentos para que vaya conociendo el funcionamiento global de la empresa.
Una prioridad en la formación del nuevo empleado
Hay muchas técnicas que se pueden usar, pero es importante que el trabajador aprenda a aplicarlo perfectamente de la empresa. Lo ideal es dejarle hacer para que aprenda con la práctica, pero sí que habrá que prestar atención a su trabajo hasta que lo asimile por completo.
En definitiva, el know how es esa característica concreta que diferencia a una empresa de otras del mismo ámbito. La ventaja competitiva y los beneficios que esto tiene para la gestión de la empresa son indudables. Sin embargo, habrá que incluirlo como el elemento primordial de la gestión del conocimiento para sacarle el máximo partido.