Tabla de contenidos:
- ¿Qué es una papaya?
- Los peligros de la papaya para los perros
- ¿Los perros necesitan papaya?
- ¿Se puede alimentar a los perros con papaya deshidratada o seca?
- La forma más segura de alimentar a los perros con papaya
Los padres de mascotas suelen preguntar a su veterinario sobre la toxicidad de varios alimentos humanos para perros, ya que la investigación en Internet no siempre es fiable. La papaya es un ejemplo perfecto, ya que varias fuentes la señalan como segura o potencialmente tóxica. Este artículo arrojará algo de luz sobre la seguridad de la papaya para los perros y proporcionará métodos de servicio apropiados.
¿Qué es una papaya?
La papaya es una fruta tropical que se cultiva en Sudamérica y en el este de Norteamérica. En Norteamérica, el árbol de la papaya se conoce como «papaw» o «pawpaw». La fruta suele ser verde cuando se recoge, pero su piel se vuelve amarilla al madurar. El centro de la fruta contiene varias semillas negras.
La papaya es una fruta ligeramente dulce que suele utilizarse en tartas, zumos, ensaladas y sorbetes. La papaya fresca se suele cortar por la mitad, se le quitan las semillas, se corta en rodajas y se sirve fría o a temperatura ambiente. Las semillas y la piel no se ingieren.
Al investigar la seguridad de la papaya para los perros, hay que tener en cuenta varias cosas:
- En primer lugar está el potencial de bloqueo gastrointestinal de las semillas y la piel de la fruta. Los perros de las zonas tropicales donde crecen los árboles de papaya están expuestos a la fruta entera y pueden desarrollar problemas gastrointestinales y una posible obstrucción. Lo mismo ocurre con los perros que están expuestos a la basura y comen la piel o grandes cantidades de semillas.
- El segundo peligro es el riesgo de asfixia al comer la piel o grandes trozos de la fruta.
- La tercera consideración es que las semillas de papaya contienen pequeñas cantidades de cianuro, que es tóxico. Sin embargo, esta cantidad es lo suficientemente pequeña como para ser considerada insignificante. De hecho, las semillas de papaya tienen muchos beneficios para la salud de los seres humanos.
¿Entonces, los perros pueden comer papaya?
Sí, los perros pueden comer papaya. A menudo les encanta la textura suave de esta deliciosa fruta y la disfrutan como un bocadillo saludable. Las vitaminas y los minerales son tan importantes para los perros como para los humanos. La papaya es una buena fuente de agua, fibra, potasio, calcio, folato y vitaminas A, C, E y K. La papaya también es conocida por sus enzimas digestivas.
Los peligros de la papaya para los perros
Son las semillas y la cáscara de la papaya las que son peligrosas para los perros. La ingestión de grandes cantidades de piel o semillas de papaya tiene el potencial de causar un bloqueo gastrointestinal. Unas pocas semillas de papaya no suelen ser perjudiciales, pero se recomienda cortarlas antes de dárselas al perro. La piel de la papaya también es difícil de digerir y puede provocar una obstrucción intestinal cuando se come.
Aunque la papaya se considera segura, grandes cantidades de fruta no son una parte natural de la dieta de un perro y pueden causar problemas gastrointestinales. También es difícil predecir cómo reaccionará su mascota a esta fruta, ya que todos los perros responden de manera diferente a las nuevas adiciones a su dieta.
¿Los perros necesitan papaya?
La fruta de la papaya no ofrece nada necesario para la dieta de un perro. Lo que sí necesitan los perros es un alimento para perros de alta calidad, aprobado por la AAFCO. Obtenga más información sobre la nutrición de los perros aquí.
¿Se puede dar de comer papaya deshidratada o seca a los perros?
Se puede dar de comer a los perros pequeños trozos (y pequeñas porciones) de papaya deshidratada o seca. Sin embargo, este preparado puede no sentar bien a algunos perros y puede causarles problemas gastrointestinales debido a su alto contenido en azúcares.
La forma más segura de alimentar a los perros con papaya
La forma más segura de dar papaya a su perro es ofrecerle pequeños trozos de papaya en rodajas después de haberles quitado las semillas y la piel.