Las almohadillas térmicas y las mantas eléctricas suelen ser un producto común en la mayoría de los hogares, pero esto no significa que estén exentas de peligros potenciales.
Cuando una almohadilla térmica falla, puede provocar quemaduras en la piel, descargas eléctricas e incluso incendios domésticos. Aunque las almohadillas térmicas pueden ser útiles para aliviar el dolor, es importante utilizarlas correctamente y ser consciente de los peligros potenciales (o de las retiradas activas) que puedan existir.
Peligros potenciales
Aunque las almohadillas térmicas pueden ayudar a mejorar la circulación, reducir la inflamación y ayudar a quienes sufren dolores crónicos o de corta duración a obtener el alivio que tanto necesitan, también pueden plantear peligros inesperados y graves.
El diseño (o la fabricación) inadecuados de una almohadilla térmica pueden crear fácilmente un peligro de incendio. Además, existe la posibilidad de que estos dispositivos causen quemaduras graves. A veces esto puede ocurrir simplemente porque la almohadilla térmica no se apaga automáticamente.
La realidad es que algunas almohadillas térmicas tienen defectos o no están fabricadas correctamente. Esto puede dar lugar a que tengan la capacidad de alcanzar temperaturas superiores a las que son seguras. Incluso con un termostato que funcione correctamente, una almohadilla eléctrica puede provocar quemaduras graves si se deja en contacto con la piel durante un periodo de tiempo prolongado, como en los casos en los que el usuario la enciende y permite que permanezca encendida cuando se va a dormir.
Se han retirado varias almohadillas térmicas y mantas eléctricas por cuestiones de seguridad, como el sobrecalentamiento, el peligro de quemaduras y el riesgo de incendio. De hecho, la CPSC acaba de retirar del mercado esta semana mantas y mantas eléctricas fabricadas por Rural King.
Demandas judiciales por almohadillas térmicas defectuosas
El 1 de enero de 2012, una mujer de 65 años de Nevada sufrió quemaduras de tercer grado en las nalgas cuando una almohadilla térmica defectuosa prendió fuego a su cama mientras dormía. El 1 de octubre de 2014 Walgreens, que vendió la almohadilla, le concedió 200.000 dólares por daños y perjuicios. La unidad tenía un defecto que le impedía regular su calor, lo que hizo que la unidad alcanzara temperaturas de casi el doble de las recomendadas por el fabricante.
En 2003, una mujer de Portland sufrió graves quemaduras tras sufrir un ataque de gran mal y perder el conocimiento mientras llevaba una almohadilla térmica Sunbeam® alrededor del hombro. La unidad no se apagó después de 20 minutos y siguió causando quemaduras en su caja torácica y espalda. Cuando la mujer recuperó el conocimiento y se dio cuenta de lo que había pasado, presentó una demanda. La empresa descubrió que muchas de sus unidades eran defectuosas y no se apagaban automáticamente. Después de que algunas unidades se derritieran incluso cuando se utilizaban correctamente, se produjo una gran retirada de almohadillas térmicas Sunbeam.
Tanto Kaz USA como Kaz Inc. (parte de una empresa mucho más grande llamada Helen of Troy, Ltd.) resolvieron una demanda colectiva en el estado de California por etiquetar y publicitar de forma engañosa sus almohadillas térmicas electrónicas, omitiendo el hecho de que las almohadillas térmicas podían quemar a los consumidores si se utilizaban de una forma determinada.
Sus derechos como consumidor
Estos son sólo algunos casos notables, pero es importante entender que cada caso es único. Cualquier reclamación contra el fabricante de un producto defectuoso o inseguro entra dentro de la ley de responsabilidad del producto. Los consumidores deben ser conscientes de sus derechos después de una lesión causada por un producto defectuoso, y un abogado de responsabilidad del producto sería la mejor persona con la que consultar.