Siempre supe desde joven que tenía problemas para obsesionarme con la gente. No me refiero sólo a que me guste alguien, sino a que me enamore perdidamente de él, y tenga el deseo de saber más y más de él, de formar parte de su vida, de acaparar su atención. A veces, cuando lo pienso realmente, ni siquiera me gustan necesariamente… lo que hace que esto sea aún más extraño. Ha habido numerosas ocasiones en las que esto ha ocurrido, mientras crecía: me obsesionaba con otras personas de mi edad. Luego hubo algunos casos malos, en los que pude haber visto a alguien tal vez en vacaciones, los vi, nunca hice contacto, pero seguí sus movimientos, comprobé dónde estaban, si se habían fijado en mí – entonces me tomaría meses para superarlos. Ocupaban mis pensamientos todo el tiempo, hasta el punto de que la concentración se volvía difícil – y esto era a la edad de sólo 15 años – en esta ocasión en particular, después de llegar a casa de las vacaciones, me abrumé con la obsesión por un chico y luego tratar de rastrear su dirección y número de casa, no para hablar con ellos, sino sólo para ver lo que están haciendo.