Los precios de los alimentos reflejan los costes de cultivo, cosecha, transporte, almacenamiento, procesamiento y envasado. Para ser certificados como ecológicos, los alimentos deben cumplir una normativa más estricta que regula todos estos pasos del proceso. La producción de alimentos ecológicos suele ser más intensiva en mano de obra y gestión y se realiza a menor escala, es decir, en explotaciones más pequeñas que carecen de las ventajas de la economía de escala. Todo esto hace que los alimentos ecológicos sean más caros que los de la agricultura convencional. Pero esto es así sólo si no miramos el verdadero coste de la producción de alimentos. Cuando se tienen en cuenta los costes indirectos de la producción de alimentos convencionales, como la reposición de los suelos erosionados, la limpieza de las aguas contaminadas, los costes de la atención sanitaria de los agricultores, los trabajadores agrícolas y los consumidores, y el coste medioambiental de la producción y eliminación de pesticidas artificiales, los alimentos ecológicos son mucho más baratos. Debemos analizar el coste total del ciclo de vida de la producción ecológica frente a la no ecológica.

Los alimentos ecológicos son más intensivos en mano de obra, por lo que protegen el medio ambiente

Los métodos de agricultura ecológica implican que los rendimientos de la producción son a menudo, aunque no siempre, inferiores a los obtenidos con los métodos de agricultura convencional. Esto se debe a que la producción de alimentos orgánicos no implica el uso de fertilizantes artificiales, pesticidas y otras ayudas tecnológicas.

Dependiendo del lugar de Australia donde se compren los productos orgánicos, se puede esperar que se pague al menos un 20% más. Un estudio realizado en el año 2000 por la revista Choice reveló que las frutas y verduras ecológicas eran, por término medio, un 70% más caras que las no ecológicas, pero la diferencia se estaba reduciendo. Uno de los factores que ha hecho bajar los precios es la entrada en el mercado de los productos ecológicos de grandes empresas como Coles y Woolworths.

En los países en los que la producción ecológica representa una proporción mayor de la producción total de alimentos que en Australia, el precio de los alimentos ecológicos está bajando. Esto se debe en gran medida a las economías de escala.