Distensión gástrica masiva por pseudoobstrucción intestinal crónica | Virtual world

Un varón de 68 años con retraso mental moderado acudió al servicio de urgencias con anorexia, estreñimiento y distensión abdominal durante 4 días. La historia clínica era significativa por una resección parcial de colon por presunta obstrucción intestinal 3 años antes (no se identificó una verdadera causa anatómica de obstrucción en la cirugía). En la exploración, estaba deshidratado y taquicárdico, con una presión arterial de 90/60 mmHg y un abdomen distendido, timpánico y ligeramente sensible. Los resultados del panel metabólico, la amilasa y la lipasa eran normales. Una radiografía abdominal demostró una marcada distensión gástrica con múltiples asas de intestino delgado y grueso dilatadas (Figura 1). La tomografía computarizada del abdomen con contraste confirmó los hallazgos anteriores pero no identificó ninguna causa mecánica de obstrucción intestinal (Figura 2). La paciente tuvo una importante mejoría sintomática tras la hidratación intravenosa, la descompresión gástrica y el inicio de metoclopramida y eritromicina intravenosas. La esofagogastroduodenoscopia no reveló evidencia de obstrucción de la salida gástrica.

Radiografía abdominal que muestra la distensión gástrica masiva delineada por flechas.

Tomografía computarizada coronal que demuestra el estómago masivamente dilatado (flechas) y las asas intestinales dilatadas (cabezas de flecha).

La pseudoobstrucción intestinal crónica (CIPO) es un raro trastorno de la motilidad gastrointestinal caracterizado por síntomas repetitivos/crónicos de obstrucción intestinal en ausencia de una causa mecánica o metabólica de obstrucción.1,2 La enteritis por radiación, los fármacos como la clonidina, los opiáceos y los trastornos sistémicos como la diabetes, el hipotiroidismo, la amiloidosis, la esclerodermia y la esclerosis múltiple también pueden producir un cuadro clínico similar. Por lo tanto, la exclusión de las causas secundarias mencionadas es obligatoria para el diagnóstico de la CIPO idiopática. Las anomalías en la integridad de las vías neurales intestinales, las células intersticiales de Cajal y las células musculares lisas del tracto gastrointestinal se han implicado en la causa de la CIPO.

El tratamiento agudo implica la descompresión, la sustitución adecuada de líquidos y electrolitos y el apoyo nutricional.1 Se ha demostrado que los agentes procinéticos como la metoclopramida, la eritromicina, el octreotide y la neostigmina ayudan a mejorar los tiempos de tránsito intestinal.1,2 La estimulación del estómago o del intestino y el trasplante intestinal se consideran experimentales. Es esencial aumentar la concienciación sobre la CIPO para garantizar un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y, con suerte, evitar cirugías abdominales innecesarias en estos pacientes.1

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