Indicación y descripción del procedimiento
Este procedimiento está indicado para aquellos pacientes que tienen episodios recurrentes de luxación de rótula. El procedimiento se considera después de múltiples episodios en los que la rótula se disloca con una actividad mínima. El procedimiento también está indicado ocasionalmente para aquellos pacientes que tienen dolor patelofemoral (anterior) en la rodilla; sin embargo, la mejora del dolor después de esto puede ser impredecible. La intervención consiste en desplazar la fijación ósea del tendón rotuliano en la tibia a una posición más medial (interior) y anterior (hacia delante), combinada con la liberación de los tejidos tensos en la cara lateral (exterior) de la rótula. Esto permite que la rótula se desplace en una posición más normal, evitando así la dislocación lateral. La parte ósea de la fijación del tendón rotuliano a la tibia se denomina tubérculo tibial. Una vez que se ha desplazado, se vuelve a fijar de forma segura con dos tornillos.
Preparación preoperatoria
Se obtendrán radiografías perioperatorias. También se incluirá una radiografía del horizonte de la rótula para evaluar su ubicación con respecto a la rodilla. Ocasionalmente también se obtienen TAC para poder determinar mejor el grado de luxación y la anatomía ósea.
Estancia en el hospital
El día de la cirugía se marcará la extremidad. El procedimiento requiere una anestesia general y se complementa con un bloqueo del nervio femoral que controlará el dolor en el postoperatorio.
Después del procedimiento, la rodilla se mantendrá inicialmente en una férula recta. La fisioterapia se inicia inmediatamente para ayudar a la movilización. Se anima al paciente a soportar el peso de la pierna según lo tolere. La férula se mantendrá en la rodilla hasta que el paciente pueda levantar cómodamente la pierna recta, lo que ocurrirá en los primeros diez días. El fisioterapeuta retirará la rodilla de la férula después de haber retirado los vendajes exteriores para permitir la flexión de la rodilla. Se habrá colocado un drenaje en la rodilla durante la cirugía y éste se retirará el primer día después de la misma.
La mayoría de los pacientes serán dados de alta el segundo o tercer día después de la cirugía. Se concertarán citas para una visita dentro de las dos primeras semanas para evaluar la herida, y luego visitas posteriores a las seis semanas y a los tres meses de la cirugía. En estas dos visitas posteriores se realizarán radiografías al paciente.
Cuidados postoperatorios
Rodilla ortopédica. Por lo general, se requiere una rodillera durante aproximadamente dos semanas. Se retirará para realizar ejercicios en este tiempo. Se retirará de forma permanente una vez que el paciente pueda elevar cómodamente la pierna recta.
Soporte de peso. El paciente soportará el peso según lo tolere durante las primeras cuatro semanas y necesitará muletas generalmente durante este tiempo para proteger la osteotomía.
Ejercicios
La fisioterapia se inicia pronto con énfasis en el trabajo estático de cuádriceps e isquiotibiales para mantener el volumen muscular. El trabajo temprano también se dirige a la movilidad de la rótula para evitar el anclaje y la cicatrización de los tejidos blandos alrededor de la rótula.
Los ejercicios de amplitud de movimiento también se inician temprano con el objetivo de tener 90° de flexión a las dos semanas y la flexión completa a las seis semanas.
Se espera que se pueda empezar a caminar rápido a los dos meses y volver a correr y a realizar actividades deportivas a los cuatro o seis meses después de la cirugía.