Como parte de un taller que impartí sobre cómo aprender a ser consciente del poder de tu conducta como líder, ofrecí a los participantes la oportunidad de reflexionar sobre citas sobre la conducta, y alguien trajo esta. Me tocó una fibra sensible.
Esa fibra ha estado resonando desde entonces. Cuanto más reflexiono, más me doy cuenta de cómo describe el aprendizaje que he adquirido trabajando con Genuine Contact. Un aprendizaje del que no había sido consciente y que, sin embargo, es fundamental para lo que valoro de este enfoque.
Permítanme empezar por la conducta. Hace tiempo que me fascina el papel de la conducta en el liderazgo. La conducta ha sido definida simplemente como «la manera en que una persona se comporta, especialmente en un lugar o situación particular». (Oxford English Dictionary)
Tu conducta es la evidencia más visible de lo que pones en el mundo. Independientemente de lo que se diga, prometa o imagine, es la conducta de las personas la que determina el verdadero resultado. Hace tiempo que me dedico a desarrollar la conciencia de la conducta como forma de apoyar a las personas que quieren liderar de forma que se nutra la vida. Tomar conciencia de la conducta es especialmente importante porque las incoherencias inconscientes y las paradojas internas hacen que nuestra conducta a veces no esté alineada con nuestras intenciones. Así que el taller se centró en desarrollar una forma de descubrir estas paradojas y trabajar con ellas.
Observar la conducta a lo largo del tiempo
Lo que me encanta de la cita anterior es que adopta una visión a largo plazo, centrándose en la «dirección» y subrayando la importancia de observar la conducta de los demás a lo largo del tiempo. Señala la naturaleza dinámica y de desarrollo del desarrollo de una conducta adecuada. Esta es la parte que me he dado cuenta de que es una de las habilidades invisibles -hasta ahora- que he perfeccionado trabajando con el Contacto Genuino.
Los procesos que utilizan el enfoque del Contacto Genuino pueden ser nerviosos. Invitan a todos los que se reúnen a estar allí plenamente y crean un entorno en el que eso es posible. Cuando estás involucrado en cosas que están cerca de tu corazón y están comprometiendo tu pasión, no siempre estás en tu más bella, elocuente o cooperativa. La forma en que te expresas puede ser un reto. Las palabras pueden ser hirientes, la gente puede decir cosas de las que se arrepiente. Una persona puede expresarse de una manera que se siente violenta o equivocada o contraproducente en su camino para cambiar sus perspectivas y expandirse. Es en estos momentos cuando la capacidad de observar los pies de alguien abre una puerta a la toma de decisiones sabias sobre cómo proceder. Puede que las palabras no sean perfectas, pero ¿la gente sigue caminando, aunque sea tímidamente, en dirección a una realidad más nutritiva para la vida? ¿Sus pies se mueven hacia una conexión genuina, aunque no lo parezca en la superficie?
Observar sin culpar ni juzgar
Este discernimiento llega a través del perfeccionamiento de la habilidad de observar sin culpar ni juzgar. Viene acompañado de la voluntad de mirar mis propios filtros y juicios para que no nublen la vista. Me doy cuenta de que conocer a la gente utilizando la Facilitación del Proceso de la Persona Completa y la Tecnología del Espacio Abierto me ha animado a desarrollar estas habilidades de formas que no podría haber imaginado. Y una de esas formas es enseñarme a notar y luego confiar en los pies más allá de las palabras.
Desarrollar este tipo de escucha y observación ha marcado la diferencia cuando escucho a la gente decir – «esto es imposible, no puedo hacerlo más» – o – «no creo que lo que estamos haciendo tenga vida». O incluso: «Odio esta estupidez que estamos haciendo, odio estar sentado aquí con todos vosotros, estoy harto». Ha significado que, como facilitador, puedo tranquilizarme conscientemente y no reaccionar directamente a las palabras y observar el movimiento que tiene lugar. Me he sentido humilde una y otra vez al ver cómo esas mismas personas se expandían desarrollando tanto la conducta como las nuevas palabras que hacen justicia a los deseos del cambio que están creando.
Trabajar con Contacto Genuino me ha hecho ser profundamente consciente de mi propia conducta, notando si está alineada con mis suposiciones, valores y propósitos más profundos y desafiándome a hacer ajustes cuando es necesario. Y también me ha enseñado una manera de aprender empáticamente y en silencio a observar la conducta de los demás escuchando sus «pies» cuando sus palabras no sean suficientes. Por ello, estoy profundamente agradecida.
*Con agradecimiento a Rachel Bolton por traer a colación esta cita y a Ward Williams por enseñársela.