El Héroe del Progreso de hoy es Louis Pasteur, un científico francés del siglo XIX, al que se suele denominar «padre de la microbiología». Pasteur es conocido por desarrollar la teoría de los gérmenes de las enfermedades, por crear el proceso de pasteurización (que evita el deterioro de muchos productos alimentarios) y por cambiar la forma en que los científicos crean las vacunas.
Su camino hacia la ciencia
Louis Pasteur nació en el seno de una familia católica pobre en Jura, Francia, el 27 de diciembre de 1827. En 1839, Pasteur se matriculó en el Colegio Real de Besançon, la misma ciudad en la que había cursado sus estudios secundarios. En el plazo de un año, Pasteur obtuvo el título de bachiller en letras.
En 1842, se licenció en ciencias. Un año después, comenzó a estudiar en la École Normale Supérieure, una escuela de posgrado en París. En 1848, Pasteur fue nombrado profesor de química en la Universidad de Estrasburgo.
La primera prueba exitosa de Pasteur se completó el 20 de abril de 1862, y el proceso que desarrolló llegó a conocerse como pasteurización.
En Estrasburgo, Pasteur conoció a su esposa Marie. La pareja se casó en 1849 y tuvo cinco hijos. Sin embargo, sólo dos de esos hijos sobrevivieron hasta la edad adulta, mientras que el resto murió de tifus. Se dice que la muerte de sus tres hijos motivó a Pasteur a estudiar las infecciones y las vacunas.
Haciendo historia
En 1856, cuando era decano de la facultad de ciencias de la Universidad de Lille, Pasteur comenzó a estudiar la fermentación para ayudar a un fabricante de vino local a superar el problema de la acidificación del alcohol.
Antes de Pasteur, la gente creía en la doctrina de la «generación espontánea», que sostenía que la vida aparecía espontáneamente a partir de materia no viva. Ese razonamiento erróneo se utilizaba para explicar por qué se estropeaban los alimentos y cómo se desarrollaban las infecciones.
Para refutar la teoría de la generación espontánea, Pasteur «expuso caldos recién hervidos al aire en recipientes que contenían un filtro para impedir el paso de todas las partículas al medio de crecimiento, e incluso sin filtro alguno, admitiendo el aire a través de un largo tubo tortuoso que no dejaba pasar las partículas de polvo. No crecía nada en los caldos: por lo tanto, los organismos vivos que crecían en dichos caldos procedían del exterior, como esporas en el polvo, en lugar de generarse dentro del caldo»
Además, Pasteur descubrió que el calentamiento de las bebidas a una temperatura que oscilaba entre 140F y 212F (60°C-100°C) mataba las bacterias de esos líquidos. Su primera prueba con éxito se llevó a cabo el 20 de abril de 1862, y el proceso que desarrolló pasó a conocerse como pasteurización. Pasteur patentó su descubrimiento en 1865.
El trabajo de Pasteur cambió fundamentalmente el mundo en el que vivimos. La prueba que aportó de la existencia de la teoría de los gérmenes de la enfermedad revolucionó la forma de pensar en la salud humana.
Pasteur se dedicó entonces al desarrollo de vacunas. Él y sus colegas inyectaron pollos con microbios de cólera cultivados. Después de muchos experimentos, el equipo descubrió que si se inyectaba a las aves con microbios del cólera vivos después de haberles inyectado una cepa de cólera más débil, los pollos permanecían sanos.
Pasteur se convirtió así en el primer científico en utilizar virus debilitados artificialmente como vacunas. A continuación, Pasteur desarrolló una vacuna contra el ántrax en 1881. En 1885, Pasteur desarrolló con éxito una vacuna contra la rabia.
Muerte y legado de Pasteur
En 1888, Pasteur había recibido suficientes donaciones para abrir el Instituto Pasteur, una fundación privada dedicada al estudio de la biología, los microorganismos, las enfermedades y las vacunas. Siguió siendo director de su instituto hasta que murió el 28 de septiembre de 1895.
Pasteur fue nombrado Gran Oficial de la Legión de Honor en 1878. Recibió docenas de premios honoríficos y hoy en día hay unos 30 institutos y varios hospitales, escuelas y calles que llevan su nombre. A su muerte, Pasteur recibió un funeral de Estado en la catedral de Notre Dame y su cuerpo fue enterrado en una bóveda debajo de su instituto, donde todavía reposa.
El trabajo de Louis Pasteur cambió fundamentalmente el mundo en el que vivimos. La prueba que aportó de la existencia de la teoría de los gérmenes de la enfermedad revolucionó la forma en que pensamos en la salud humana. La pasteurización nos permitió conservar las bebidas y los alimentos enlatados durante mucho más tiempo del que se creía posible. Y, por último, Pasteur revolucionó el desarrollo de las vacunas.
Mucha de la ciencia moderna se basa en el trabajo de Pasteur. Sin él, es probable que cientos de millones, si no miles de millones, de personas no estuvieran vivas hoy en día. Por ello, Louis Pasteur es nuestro decimonoveno Héroe del Progreso.
Este artículo de Human Progress ha sido publicado de nuevo con permiso.