En el último acontecimiento del escándalo de la carne de caballo, la cadena de supermercados Aldi acaba de anunciar que se ha encontrado que algunos de sus productos de vacuno congelados contienen hasta un 100% de carne de caballo. El asunto comenzó a mediados de enero, cuando los inspectores de alimentos de Irlanda encontraron carne de caballo en las hamburguesas de varios supermercados del Reino Unido, como Tesco, Iceland y Lidl. La Agencia de Normas Alimentarias se reunirá el sábado con el secretario de Medio Ambiente, los proveedores de alimentos y los minoristas para tratar el tema.
Se descubrió que algunos productos alimenticios congelados vendidos en Gran Bretaña contenían hasta un 100% de carne de caballo. La empresa sueca Findus retiró de la venta sus platos de carne de vacuno para microondas en el Reino Unido, Francia y Suecia. Aldi dijo que sus pruebas demostraron que los productos retirados contenían entre un 30% y un 100% de carne de caballo.
«Esto es completamente inaceptable y, como otras empresas afectadas, nos sentimos enfadados y defraudados por nuestro proveedor. Si la etiqueta dice carne de vacuno, nuestros clientes esperan que sea de vacuno. Los proveedores tienen absolutamente claro que están obligados a cumplir nuestras estrictas especificaciones y que no toleramos ningún incumplimiento», dijo un portavoz de Aldi.
Los productos implicados son del proveedor francés Comigel -la empresa que también suministraba a Findus-. Comigel afirmó que sus suministros de carne se compraron a una empresa llamada Spangero, pero más tarde se estableció que la carne de vacuno procedía de Rumanía.
«Findus quiere ser absolutamente explícito en que no tenía conocimiento de ningún problema de contaminación con carne de caballo el año pasado», dijo Findus en un comunicado. «Sólo fueron conscientes de una posible fecha de agosto de 2012 a través de una carta fechada el 2 de febrero de 2013 del proveedor Comigel. Para entonces Findus ya estaba llevando a cabo una revisión completa de la trazabilidad de la cadena de suministro y había iniciado proactivamente las pruebas de ADN.»
«Creemos que los dos casos particulares de las hamburguesas congeladas de Tesco y la lasaña de Findus están vinculados a los proveedores en Irlanda y Francia, respectivamente. Nosotros y la Agencia de Normas Alimentarias estamos trabajando estrechamente con las autoridades de estos países, así como con la Europol, para llegar a la raíz del problema», dijo Owen Paterson, Secretario de Medio Ambiente del Reino Unido.
Mientras tanto, la FSA dijo que no hay ninguna razón para suponer que haya un riesgo para la salud y aconsejó a los clientes que no tiraran los productos cárnicos congelados. La investigación sobre la presencia de carne de caballo en productos cotidianos está en marcha, y la FSA ha ordenado a las empresas británicas que analicen todos los alimentos cárnicos procesados. Aunque se ha afirmado que el escándalo de la carne de caballo forma parte de una conspiración mafiosa internacional, la policía metropolitana declaró que no llevará a cabo una investigación penal.
«Aunque nos hemos reunido con la FSA no hemos iniciado una investigación y no lo haremos a menos que quede claro que ha habido algún tipo de delito bajo la jurisdicción del servicio de policía metropolitano.»
Via The Guardian
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