Sí, correr y saltar son excelentes para su corazón. ¿Pero para los talones? No tanto.
El golpeteo constante sobre superficies duras puede crear un espolón calcáneo, una protuberancia ósea de media pulgada en la parte inferior del hueso del talón. Si tiene suerte, los espolones del talón son indoloros, más una rareza que una condición que necesita tratamiento. Pero si no tiene tanta suerte, los espolones del talón pueden inflamar el tejido blando que rodea la protuberancia, causándole un dolor intermitente o crónico. Si eso sucede, puedes decir adiós a correr esos 10Ks.
¿Qué causa los espolones del talón?
Los espolones del talón se producen cuando:
- Los músculos y ligamentos del pie se tensan
- La fascia plantar -tejido fibroso a lo largo de la parte inferior del pie que conecta el talón con los dedos- se estira
- Las membranas que cubren el hueso del talón se desgarran
Los golpes repetidos del pie, comunes entre los atletas profesionales, hacen que se acumulen depósitos de calcio en la parte inferior del hueso del talón, lo que forma la protuberancia que causa la inflamación. Pero no hace falta ser una estrella del atletismo para desarrollar espolones del talón. La afección también se crea por:
- Anomalías de la marcha que estresan los pies.
- Correr o trotar por superficies duras.
- Zapatos que no se ajustan bien.
- Obesidad o exceso de peso.
- Estar mucho tiempo de pie.
- Pies planos o arcos altos.
- Aumento de la edad y diabetes.
Síntomas de los espolones del talón
Los espolones del talón se convierten en un problema cuando causan dolor, que los pacientes comparan con un alfiler o un cuchillo que se clava en la planta del pie cuando se ponen de pie cada mañana. El dolor se convierte en un dolor sordo a medida que avanza el día. El dolor también se produce al ponerse de pie después de estar sentado durante mucho tiempo.
Tratamientos del espolón calcáneo
Los tratamientos van de lo mecánico a lo quirúrgico. Por suerte, el 90% de las personas que sufren espolones del talón mejoran sin necesidad de cirugía.
Aquí hay tratamientos comunes y no quirúrgicos para los espolones del talón.
- Compresas de hielo después de caminar y hacer ejercicio
- Medicamentos antiinflamatorios de venta libre como el paracetamol, el ibuprofeno o la aspirina
- Inyecciones de medicamentos antiinflamatorios como la cortisona
- Ejercicios de estiramiento, especialmente antes de acostarse
- Fisioterapia
- Descanso de los pies
- Plantillas ortopédicas que proporcionan apoyo al arco
Cuando llega el momento de la cirugía
Si todo lo demás falla, su podólogo puede recomendar la cirugía para eliminar el espolón calcáneo y, a veces, liberar el músculo de la fascia plantar. El objetivo es reducir el dolor y conseguir que vuelva a moverse sin molestias.
Si siente que las agujas le atraviesan el pie, llame al Dr. Eichelsdorfer o concierte una consulta online. Él diagnosticará su problema y, si el culpable es el espolón calcáneo, trabajará con usted para formar un plan de tratamiento.