LA VELOCIDAD DE ACCIÓN DE DROGAS E IONES EN EL CORAZÓN DE LA RANA

Abstract

1. La falta de calcio y el exceso de potasio deprimen la respuesta del ventrículo de la rana muy rápidamente y la respuesta se reduce a la mitad de su fuerza normal original en dos o tres segundos. La recuperación del ventrículo se produce aún más rápidamente cuando se riega con líquido de Ringer normal. El Ringer ácido (pH 6,0) y el cianuro de sodio (0,001 molar) actúan con mucha más lentitud, ya que necesitan unos cinco minutos para reducir la respuesta del ventrículo a la mitad de su fuerza normal.

2. Los cambios en la frecuencia de estimulación no afectan a la velocidad con la que la falta de calcio deprime la respuesta ventricular y, por lo tanto, se concluye que la falta de calcio deprime la contractilidad del corazón pero no deprime el proceso de recuperación.

3. La velocidad con la que el exceso de potasio deprime la respuesta del ventrículo y el alcance de esta acción dependen ambos de la frecuencia de estimulación. La acción es más rápida y más potente con una frecuencia alta que con una frecuencia baja. Por lo tanto, se sugiere que el exceso de potasio interfiere en el proceso de recuperación del corazón.

4. La rapidez con la que la falta de calcio y el exceso de potasio afectan al ventrículo sugiere que probablemente actúen en la superficie de las células más que en su interior.

5. El hecho de que el ácido y el cianuro actúen unas 100 veces más lentamente sobre el ventrículo que los cambios en las concentraciones de calcio y potasio sugiere que el primer par actúa de alguna manera totalmente diferente al segundo par.

6. La velocidad a la que la acidez y el cianuro de sodio deprimen la respuesta del ventrículo depende de la frecuencia de estimulación. La velocidad de acción es aproximadamente cinco veces más rápida con una frecuencia de 50 por minuto que con una frecuencia de 10 por minuto.

Estos resultados son coherentes con la opinión de que el ácido y el cianuro interfieren en el proceso de recuperación de las células y, por tanto, el ventrículo se envenena lentamente con los productos del metabolismo anormal.

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