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Necesidad

Todos tenemos una profunda necesidad de la atención de los demás. Cuando otras personas nos miran, cuando nos escuchan y valoran, nos sentimos bien. Incluso la atención agresiva o punitiva puede ser mejor que la falta de atención.

Cuando buscamos atención y nos ignoran, podemos aumentar nuestros esfuerzos, por ejemplo, poniéndonos emotivos, tocando físicamente a la otra persona o actuando de forma que le moleste.

Ejemplo

Un joven disfruta de la compañía de mujeres atractivas y las corteja utilizando una cantidad limitada de atenciones halagadoras, teniendo siempre cuidado de no parecer desesperado.

Un profesor tiene cuidado de prestar atención a todos los alumnos, no sólo a los traviesos.

Un publicista promociona una fragancia como particularmente útil para ganar la atención de sus potenciales parejas.

Relacionado con

Discusión

La importancia de la atención comienza cuando somos muy pequeños y no podemos alimentarnos ni protegernos. Lo único que podemos hacer es lamentarnos y esperar ayuda. La atención también es importante en esta etapa (y más adelante) para conectar y formar vínculos con otras personas.

Cuando sentimos que tenemos muy poca atención, la buscamos. Esto puede llegar a ser disfuncional cuando domina la vida de una persona y cuando aquellos de quienes se busca la atención encuentran las demandas agotadoras, angustiosas o simplemente molestas. La búsqueda de atención puede resultar problemática y dar lugar a patologías como el trastorno de personalidad narcisista y el síndrome de Munchausen. Las personas pueden incluso autolesionarse para obtener atención.

Cuando los demás nos prestan atención, nos conectan entre sí, ampliando nuestro sentido de identidad. Su atención también puede mostrarnos estima y darnos cierta sensación de estatus, ya que nos reconocen como dignos de su atención. En el sentido contrario, es deprimente y posiblemente insultante que los demás nos ignoren, sobre todo cuando estamos conversando con ellos. Negar la atención es negar la existencia de la persona, disminuyendo efectivamente su sentido de identidad.

El dar y ganar atención se convierte, por lo tanto, en un juego y puede ser utilizado como un juego de poder, con los que buscan el poder utilizando la atención como una especie de recompensa y los que se sienten más débiles buscando la atención como una afirmación. Esto ocurre cuando sentimos que las personas poderosas tienen esferas de identidad más grandes y que los demás pueden ampliar de alguna manera sus propias esferas más pequeñas conectando con las que tienen esferas más grandes.

Nuestras mentes conscientes tienen un funcionamiento bastante lineal y, por lo tanto, tenemos una capacidad limitada para centrarnos en nuestro entorno (o incluso en nuestros pensamientos internos). Si bien podemos extender nuestra atención, por ejemplo, cuando exploramos el entorno en busca de amenazas, cuando encontramos algo de interés, la atención se concentra en esa cosa. Esto hace que la atención sea un recurso limitado, lo que puede hacerla aún más deseable.

Ofrecer atención como recompensa por cumplir con la petición. Dé una atención agradable, y luego pida algo mientras sugiere que dará más atención después, por ejemplo diciendo lo agradecido que estará.

Ver también

Principio de atención, poder y escasez