El Tratado de París de 1783 dejó sin resolver la frontera entre Maine y sus vecinos canadienses, Nuevo Brunswick y el Bajo Canadá (Quebec). Cuando Maine se convirtió en estado en 1820 y comenzó a conceder tierras a los colonos del valle de Aroostook, sin tener en cuenta las reclamaciones británicas, la situación se volvió más antagónica. Se pidió al rey de los Países Bajos que arbitrara la disputa, pero aunque los británicos aceptaron su decisión, los estadounidenses la rechazaron.Los leñadores canadienses llegaron a la zona de Aroostook durante el invierno de 1838-1839 para cortar madera. En febrero, se apoderaron del agente de tierras estadounidense cuyo trabajo había sido forzar su salida.
Por presión de Maine, el Congreso de Estados Unidos autorizó una fuerza de 50.000 hombres y asignó diez millones de dólares para hacer frente a la crisis. Maine reunió fuerzas para la esperada lucha y de hecho envió 10.000 soldados a la disputada región del valle de Aroostook, pero el general Winfield Scott llegó y persiguió a las autoridades de Maine y New Brunswick para que acordaran someter el asunto a una comisión. El asunto se resolvió finalmente en el Tratado Webster-Ashburton de 1842.La Guerra de Aroostook fue un conflicto no declarado e incruento que aumentó las tensiones entre Gran Bretaña y Estados Unidos. Algunos elementos criticaron al presidente Van Buren por no tomar medidas más fuertes e inmediatas contra la antigua madre patria.