Una mujer de 52 años se presentó con un inicio repentino (dos horas de historia) de dolor ardiente interescapular severo asociado con dificultad para respirar. Su historial médico no era destacable, excepto por una fuerte historia familiar de enfermedad coronaria.

El examen fue normal, aparte de una presión arterial de 150/80 mm Hg y una frecuencia cardíaca de 110 latidos/min. La frecuencia respiratoria era de 14 respiraciones/min, y la paciente estaba afebril con una exploración cardiorrespiratoria por lo demás normal. La radiografía de tórax mostraba un mediastino ligeramente ensanchado y congestión venosa en el lóbulo superior. El electrocardiograma mostró cambios inespecíficos en las ondas T. La gasometría mostró que la paciente estaba hipóxica (PaO2 = 8 kPa (normal 8-14 kPa)), sin evidencia de retención de dióxido de carbono. Su recuento sanguíneo completo y su perfil bioquímico eran normales, excepto por una leve elevación de la proteína C reactiva y unos dímeros D positivos. El nivel basal de troponina I era <0,01 ng/ml.

El dolor torácico se alivió parcialmente con un aerosol de trinitrato de glicerina; posteriormente la paciente recibió una inyección de morfina para aliviar su dolor.