El miércoles 25 de marzo de 2020, Florence Baum, cariñosa madre, abuela y bisabuela, murió a la edad de 94 años.
Florence nació el 23 de octubre de 1925 en Akron, Ohio, de padres inmigrantes Louis y Syka Tsilkoff, y estaba orgullosa de su herencia macedonia. Durante la Segunda Guerra Mundial, Florence colaboró en el esfuerzo bélico trabajando como una auténtica «Rosie the Riveter» en el avión de transporte C46 y, posteriormente, en el departamento de Guerra Química del Ejército de Estados Unidos, investigando el caucho sintético. Tras graduarse en la universidad, diseñó sistemas de guiado de misiles para Goodyear Aerospace, donde conoció al también ingeniero Richard Baum, con quien se casó en 1952. Cuando se trasladaron a Phoenix, Arizona, Florence dejó a un lado su regla de cálculo para dedicarse a su nueva carrera como ama de casa, criando a tres hijos.
Florence se dedicó a fomentar la educación. Fue miembro de LITE, una organización que consiguió cambios en la ley de Arizona que mejoraban los derechos de los padres en la educación. Como traductora certificada de Braille, transcribió libros de texto para niños. Formó parte de una junta estatal de selección de libros de texto y fue tutora particular de matemáticas. Sus hijos la recuerdan como profesora de la escuela dominical, madre de los Cub Scouts, líder de las Girl Scouts, instructora de álgebra («Empieza siempre con ‘Que x sea igual a…'») y, lo que es más importante, fijadora de altas expectativas. Para Florence, la caridad -y la educación- empezaban en casa.
Como padres vacíos, Florence y Dick visitaron el viejo continente (donde el primer idioma de Florence fue muy útil) y se lanzaron a la carretera en una autocaravana. Pasaron muchos veranos felices en Pinewood, Arizona, disfrutando de sus grupos de tenis y bridge, de las salidas con el club de senderismo y de las visitas de su nieta favorita para una animada partida de Uno. Florence jugó al tenis hasta los 88 años, y fue una gran jugadora de bridge hasta que un ataque de apoplejía la venció a los 92 años. Pero siguió siendo una aprendiz y optimista de por vida, y pidió un FitBit para su 94 cumpleaños, que llevaba con orgullo.
A Florence le sobreviven sus hijos Stephen (Melissa) Baum, Nancy (Stephen) Knight y Robert (Marie) Baum, su nieta Amy (Matt) Stieg y sus bisnietos Solomon y Alexander Stieg. También deja una querida cuñada, Priscilla Ellison, muchos sobrinos queridos y un círculo de amigos leal y apreciado. Le precedieron en la muerte su marido de 62 años, Richard, y sus hermanas Mary y Margaret.
Se pueden hacer donaciones en memoria de Florence al Ejército de Salvación.