La gente se enfrenta de muchas maneras a la pregunta «¿Existe Dios?»

Pueden examinar las pruebas científicas de la creación física que nos rodea. Pueden señalar las fascinantes complejidades de la anatomía humana, como nuestros ojos o cerebros, o citar analogías de cómo un reloj que funciona nunca podría surgir accidentalmente. Pueden centrarse en la complejidad de nuestro planeta Tierra, su tamaño perfecto, la distancia al sol, la inclinación, la atmósfera, etc., todas ellas pruebas de que la vida no podría ser un capricho de la naturaleza.

Todo esto está bien, pero no es el lugar más vital para empezar a explorar la cuestión de la existencia de Dios. Cada individuo tiene que buscar primero en su propio corazón para ver lo que realmente quiere encontrar.

La Biblia dice: «El necio ha dicho en su corazón: «No hay Dios»» (Salmo 14:1 ). Así que tenemos que empezar con lo que hay en el corazón. Si tenemos prejuicios contra la idea de un Ser Supremo, entonces racionalizaremos incluso la evidencia más convincente.

El apóstol Pablo afirmó que muchos humanos simplemente no quieren aceptar la realidad de Dios; no les gusta retener a Dios en su conocimiento, dijo (Romanos 1:28 ). Pero si usted está dispuesto y quiere ir a donde la evidencia clara conduce, este sitio web explorará la evidencia. Los artículos de este sitio le ayudarán a responder -tanto intelectual como espiritualmente- a la pregunta de vital importancia: «¿Existe Dios?»

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