La esquizofrenia es una enfermedad mental crónica e incapacitante que suele manifestarse en la adolescencia o al principio de la edad adulta, entre los 20 y los 30 años. Su frecuencia en la población general es de aproximadamente 1 de cada 100 personas. Se calcula que en Brasil hay unos 1,6 millones de esquizofrénicos. Siga leyendo y conozca cómo se manifiesta la esquizofrenia y las formas de vivir con la enfermedad.
¿Cuál es la causa de la esquizofrenia?
Hasta la fecha no se ha descubierto la causa de la esquizofrenia, pero la combinación de algunos factores genéticos, cerebrales y ambientales puede desencadenar la enfermedad.
Factores hereditarios: los familiares de primer grado de un esquizofrénico tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad que las personas en general. Es el factor de riesgo más significativo.
Factores ambientales: complicaciones del embarazo y el parto, infecciones y otras enfermedades que pueden haber alterado el desarrollo del sistema nervioso en el periodo de gestación.
Alteraciones neuroquímicas: los problemas con ciertas sustancias químicas del cerebro, incluidos los neurotransmisores llamados dopamina y glutamato, pueden contribuir a la esquizofrenia. También lo puede hacer el uso de drogas psicoactivas, que alteran la mente.
¿Cuáles son los grupos de los principales signos y síntomas de la esquizofrenia?
La enfermedad se manifiesta de diversas maneras, por lo que a menudo es difícil identificar los signos y síntomas de la esquizofrenia en las primeras etapas. Los principales se dividen en dos grupos, llamados síntomas positivos y síntomas negativos.
Principales síntomas positivos:
Delirios: son ideas o pensamientos que no se corresponden con la realidad, pero que la persona tiene absoluta convicción. Por ejemplo, cree que está siendo observada, o acosada, o vigilada por cámaras ocultas; cree que los vecinos o las personas que pasan por la calle quieren hacerle daño.
Alucinaciones – son percepciones irreales de los órganos de los sentidos. Las alucinaciones auditivas son las más frecuentes. La persona puede oír voces que le dan órdenes sobre cómo actuar o le hablan por encima. Más raramente, pueden producirse otras formas de alucinaciones, como visuales, táctiles u olfativas.
Cambios en el pensamiento – las ideas pueden volverse confusas, desorganizadas o inconexas, haciendo que el discurso de la persona sea difícil de entender.
Principal síntoma negativo:
Cambios en la afectividad – la persona pierde la capacidad de expresar sus emociones y de reaccionar emocionalmente ante las situaciones, volviéndose indiferente y sin expresión afectiva. Otras veces, presenta reacciones afectivas inadecuadas en relación con el contexto en el que se encuentra.
Algunos de los otros síntomas que pueden observarse:
- Disminución de la motivación;
- Dificultad para concentrarse;
- Cambios en la motricidad;
- Falta excesiva de confianza;
- Indiferencia.
Precaución: la esquizofrenia suele evolucionar en episodios agudos en los que aparecen varios de estos síntomas. Principalmente delirios y alucinaciones intercalados por periodos con poca manifestación de síntomas.
¿Cómo se diagnostica la esquizofrenia?
El psiquiatra diagnostica la enfermedad a partir de los signos y síntomas. No existe ningún tipo de prueba de laboratorio que pueda confirmar el diagnóstico de la enfermedad. Por lo general, la esquizofrenia comienza a manifestarse alrededor de los 20 años. En los adolescentes, el diagnóstico puede ser más difícil porque algunos síntomas son similares a sentimientos y situaciones que pueden ser comunes a la fase, como:
- Absolución de amigos y familiares;
- Bajo rendimiento escolar;
- Dificultad para dormir;
- Irritabilidad o estado de ánimo deprimido;
- Falta de motivación.
¿Cómo se trata la esquizofrenia?
El tratamiento de la esquizofrenia tiene como objetivo controlar los síntomas y volver a la rutina, al trabajo y a las relaciones con los amigos y la familia. El control de la esquizofrenia se realiza a través de dos enfoques: la medicación y el psicosocial.
Tratamiento farmacológico: la mayoría de los pacientes necesitan utilizar la medicación de forma continua para evitar tener nuevas crisis. Los medicamentos se dividen en antipsicóticos o neurolépticos y tienen dos funciones principales:
- Alivio de los síntomas en la fase aguda de la enfermedad;
- Prevención de nuevos episodios de la enfermedad.
Terapia cognitivo-conductual: es necesaria para conseguir los beneficios del tratamiento farmacológico y reintegrar a la persona con esquizofrenia en la sociedad.