Este trabajo revisa la química, farmacología y propiedades clínicas de las especies de Echinacea utilizadas medicinalmente. Las especies de equinácea Echinacea angustifolia, Echinacea pallida y Echinacea purpurea tienen una larga historia de uso medicinal para una variedad de condiciones, particularmente infecciones, y hoy en día los productos de equinácea están entre las preparaciones herbales más vendidas en varios países desarrollados. El interés actual por la equinácea se centra en sus efectos inmunomoduladores, especialmente en la prevención y el tratamiento de las infecciones del tracto respiratorio superior. La química de las especies de Echinacea está bien documentada, y varios grupos de constituyentes, entre ellos las alcamidas y los derivados del ácido cafeico, se consideran importantes para la actividad. Sin embargo, existen diferencias en el perfil de los componentes de las tres especies. Las muestras comerciales de equinácea y los productos de equinácea comercializados pueden contener una o más de las tres especies, y el análisis de muestras de materias primas y productos ha demostrado que algunas no cumplen con las normas reconocidas de calidad farmacéutica. Las pruebas de los estudios preclínicos apoyan algunos de los usos tradicionales y modernos de la equinácea, en particular las supuestas propiedades inmunoestimulantes (o inmunomoduladoras). Varios ensayos clínicos de preparados de equinácea, aunque no todos, han señalado efectos superiores a los del placebo en la prevención y el tratamiento de las infecciones del tracto respiratorio superior. Sin embargo, las pruebas de eficacia no son definitivas, ya que los estudios han incluido diferentes grupos de pacientes y han probado distintos preparados y regímenes de dosificación de la equinácea. Sobre la base de los limitados datos de seguridad disponibles, la equinácea parece ser bien tolerada. Sin embargo, es necesario seguir investigando y vigilando para establecer los perfiles de seguridad de los distintos preparados de equinácea. Las cuestiones de seguridad incluyen la posibilidad de reacciones alérgicas, el uso de la equinácea por parte de pacientes con enfermedades autoinmunes y la posibilidad de que los preparados de equinácea interactúen con los medicamentos convencionales.