A continuación, creamos un nuevo esófago a partir de su estómago. Utilizamos grapadoras especiales que sellan y cortan el tejido.
A diferencia del esófago con el que nació, su nuevo esófago (hecho a partir de su estómago) depende de la gravedad para drenar su contenido hacia su abdomen. Por lo tanto, cualquier cosa que bloquee el camino entre el estómago y el intestino puede afectar negativamente a este drenaje. Esto puede provocar dificultad para tragar, hinchazón y aspiración.
Hay una estructura muscular entre su estómago y la primera porción de su intestino, que se llama píloro. Cortaremos intencionadamente el píloro (lo que se denomina piloromiotomía o piloroplastia) para ayudar al estómago a vaciar mejor su contenido en el intestino.
Podemos preparar una porción de epiplón (un delantal graso de tejido en el abdomen) para envolver la conexión entre el esófago y el estómago.
Por último, colocamos una sonda de alimentación temporal (sonda de yeyunostomía), si aún no la tiene. La nutrición es un componente importante de la curación. Aunque es probable que tome pequeñas cantidades de líquidos una semana después de la cirugía, no podrá comer suficientes proteínas por sí mismo durante varias semanas. La sonda de alimentación es temporal y se retirará en la consulta del médico cuando ya no la necesite.
Se cierran sus incisiones abdominales.
A continuación, le ponemos de lado (lado derecho hacia arriba). Su pulmón derecho se colapsa durante el procedimiento para permitirnos llegar a su esófago.
- Generalmente, realizamos cinco pequeñas incisiones y una incisión adicional de cuatro pulgadas en su costado.
- Liberamos el esófago y los ganglios linfáticos desde la abertura en el diafragma hasta la parte superior de su pecho, justo debajo de su cuello.
- Cortamos el esófago a un tercio del camino desde el cuello hasta el estómago y lo extirpamos.
- A continuación, volvemos a conectar su esófago a su nuevo «esófago» (su estómago).
- Se coloca un tubo torácico para ayudar a su pulmón a volver a expandirse y recoger la cantidad normal de líquido que se acumula tras la cirugía torácica. Este tubo suele retirarse al cabo de dos o tres días.
- Se coloca un drenaje más pequeño detrás de la anastomosis (la conexión entre el estómago y el esófago) para recoger el líquido, en caso de que se produzca una fuga en este lugar.
- Se comprueba la existencia de fugas observando el color del drenaje y obteniendo un trago de bario después de la cirugía. Las fugas pequeñas suelen curarse con el manejo endoscópico, siempre que esté bien drenado.
- Se deja el drenaje, por si lo necesita. Si no lo necesita, lo retiraremos antes de que abandone el hospital y lo quitaremos en la consulta en su primera visita postoperatoria.
- Se coloca un tubo por la nariz hasta el nuevo esófago para mantener baja la presión en el punto de conexión. Esta sonda suele retirarse a los dos días.