Ensayo de más de 500 palabras sobre El niño es el padre del hombre
El famoso proverbio «El niño es el padre del hombre» es un elemento de un poema «Mi corazón salta». William Wordsworth, el poeta con mayor fe en la naturaleza, escribió el poema en 1802. El proverbio puede interpretarse según la percepción o el análisis que se haga de la línea. El proverbio se utilizó en relación a la «naturaleza» con la «humanidad». William quiere arrojar luz sobre el hecho de que todo hombre adulto fue niño alguna vez. Además, por muy mayor que sea un hombre, siempre habrá un niño presente en su interior. También da un mensaje de que si este infantilismo desaparece, es muy desafortunado y es mejor morir.
El niño es el padre del hombre – ¿Qué significa?
Uno puede sacar muchas implicaciones útiles al analizar críticamente la frase «El niño es el padre del hombre». La idea más importante es decir que la conducta de una persona como adulto, es decir, como hombre, está formada por los hábitos que practicó de niño. También el entorno, las influencias y las experiencias que uno experimenta en su infancia dejan un profundo impacto en su personalidad.
Por lo tanto, es necesario que un niño encuentre un entorno saludable en casa y en otros lugares. Sólo entonces su desarrollo físico, mental y social tendrá lugar en la dirección correcta. Un niño así se convertirá en un hombre alegre, esperanzado y generoso.
Por el contrario, un niño que siempre ha visto peleas aprende lo mismo. Asimismo, el odio y la angustia entre los miembros de la familia, en el vecindario y en el entorno tienen un efecto adverso. De ahí que crezca con una personalidad inadaptada. No respetará a la familia, la sociedad y la cultura. Una persona así no puede servir a la sociedad. También se convierte en una personalidad rebelde y destructiva.
La mente de un niño absorbe o imita todo lo que ve en su familia, escuela, sociedad y cultura. No entiende el bien ni el mal. Por lo tanto, existe una gran responsabilidad por parte de los padres, la escuela y la sociedad. Deben centrarse en inculcar valores desde la misma infancia. Sólo así podremos construir un hombre con moral.
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Una parte del hombre siempre sigue siendo un niño
Otra expresión del proverbio es que no importa la edad que alcance un hombre, hay una parte en él que siempre seguirá siendo un niño. Un niño, que quiere divertirse, quiere reír. El que quiere sentarse tranquilamente y disfrutar de la belleza de la naturaleza. También, el que quiere reunirse con sus amigos, disfrutar del ocio. También quiere amar y ser amado, quiere tener esperanza. Además, honrar su creencia, sentirse bendecido, afortunado y feliz.
¡Una persona que ha perdido al niño es un desafortunado y es mejor para él morir que vivir una vida tan molesta! Un hombre nunca debe perderse en una atmósfera de ciudad ocupada y sucia. Esto lo hará más tarde cansado, solo y frustrado. Por lo tanto, debe ser un niño de corazón, no importa lo maduro que llegue a ser.
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Conclusión
La infancia es la etapa más significativa en la vida de uno. La forma de vida adquirida, los patrones de comportamiento establecidos durante este período son difíciles de cambiar. Además, los intereses desarrollados, los valores adoptados de niño permanecen inalterables. Por lo tanto, estos se reflejan en la conducta de uno en su vida posterior también. De ahí que cada niño deba ser alimentado con amor y cuidado. De él nace un hombre de grandes ideales.
Además, debemos dar oportunidades al niño que llevamos dentro para que aprecie el mundo. Todos debemos tomarnos el tiempo para buscar el placer de las pequeñas cosas que nos rodean. Debemos satisfacer nuestros deseos infantiles. Sólo así podremos alegrar nuestra vida también a una edad más avanzada.