Muchos de mis clientes tienen objetivos terapéuticos relacionados con ser más independientes dentro de la(s) relación(es) – quieren ser menos dependientes de una pareja, amigo o padre. Cuando alguien informa que esto es algo que quiere trabajar, una de las primeras preguntas que hago es «¿qué significa para ti ser independiente?» La gente responderá de diversas maneras, como «Bueno, mi pareja cree que estoy demasiado necesitada: me enfado cuando no estamos juntos o si salen con los amigos, y no quiero ser así» o «Cuando estoy triste, no puedo sentirme mejor hasta que hablo con mi amiga y me dice que todo irá bien». Lo primero que les digo a los clientes cuando les hablo de la dependencia de las relaciones es que, como humanos, somos seres sociales que están cableados para la conexión. Necesitamos a los demás para sobrevivir y prosperar. Dicho esto, hay una diferencia entre necesitar la conexión con los demás y depender de la presencia, los sentimientos o las acciones de una persona concreta para sentirnos de una manera determinada. Si te identificas con esto último, puede que seas emocionalmente dependiente.
Ser emocionalmente dependiente de otra persona es una realidad difícil de afrontar, y puede ser aún más difícil de superar. A menudo es el resultado de la forma en que aprendiste a apegarte a los demás cuando eras niño o de las experiencias de relación que has tenido a lo largo de tu vida. Lo más probable es que si estás en una relación de dependencia emocional, ésta no sea saludable ni satisfactoria. Es probable que la relación se haya estancado y/o haya afectado a su salud mental y a la de la otra persona. Los signos de que estás en una relación emocionalmente dependiente podrían incluir:
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No dejas la relación a pesar de que esta persona te trae continuamente sentimientos no deseados (tristeza, ansiedad, angustia, dolor).
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No quieres terminar la relación porque te aterra quedarte solo.
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Rara vez pasas tiempo con amigos, familia u otras personas importantes porque estás constantemente pasando tiempo con esta persona.
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Dejas de hacer actividades o pasatiempos que solías disfrutar, en favor de pasar tiempo con esta persona.
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Te das cuenta de que te pones celoso o te enfadas cuando esta persona pasa tiempo con otras personas.
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No puedes imaginar tu vida sin esta persona.
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Es la única persona que puede hacerte sentir mejor cuando estás triste o disgustado.
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El estado de ánimo de esta persona influye de manera significativa y constante en la forma en que usted se siente. Por ejemplo, si esta persona está triste, usted está triste. Si esta persona está enfadada, tú estás enfadado. Si esta persona está feliz, tú estás feliz.
Se necesita una cierta cantidad de coraje y valentía para afrontar la realidad de ser emocionalmente dependiente de otro, y se necesita mucho tiempo, energía y trabajo duro para superarlo. Dicho esto, una vez que lo hagas, es probable que te sientas más en control de tu vida a la vez que tienes relaciones más sanas y satisfactorias. Aquí hay seis maneras de superar la dependencia emocional:
1) Construir una conciencia de la dependencia y explorar de dónde viene.
Uno de los primeros pasos para superar la dependencia emocional es reconocer que existe y darse cuenta de los pensamientos, sentimientos y comportamientos que la apoyan. También puedes empezar a trabajar para comprender la causa raíz y su origen. El dicho «si puedes nombrarlo, puedes domarlo» se aplica aquí, es decir, una vez que puedes identificar de dónde viene y cuándo está sucediendo, entonces puedes empezar a hacer algo al respecto. Esto es a menudo lo que motiva a los clientes a comenzar el asesoramiento porque un terapeuta puede ayudarle a explorar más a fondo sus patrones de dependencia, construir un sentido más profundo de la conciencia y el poder para hacer el cambio.
2) Practicar y tolerar estar solo.
Tolerar estar solo va a ser incómodo al principio, especialmente si su patrón es buscar ayuda tan pronto como se siente solo. Dicho esto, cuanto más practiques sin ceder al impulso de salir, más fácil te resultará. Ser capaz de estar solo es importante porque no puedes depender de que alguien esté ahí SIEMPRE. Además, te da espacio para reflexionar y reconstruir tu relación contigo mismo.
3) Planifique intencionalmente tiempo para ver a otros amigos y dedicarse a pasatiempos fuera de la relación.
Un comportamiento común asociado con la dependencia emocional es pasar la mayor parte de su tiempo con una persona mientras deja de lado sus otras relaciones e intereses. El problema de esto es que acabas dependiendo únicamente de una persona para satisfacer todas tus necesidades, lo cual es una tarea imposible. Es importante tener varias personas en tu vida a las que puedas acudir para apoyarte, divertirte y disfrutar, en lugar de depender de una sola persona. También es importante explorar y perseguir intereses personales fuera de la relación para que cuando esta persona se vaya no te quedes con la sensación de no tener nada.
4) Trabaje para aceptar sus sentimientos no deseados/vulnerables.
Es común alejar las emociones vulnerables como la herida, el dolor, la tristeza y la decepción. Suprimir estos sentimientos puede ayudar a corto plazo, pero casi siempre vuelven, y a menudo vuelven como emociones aún más grandes/más intensas. Aceptar que los sentimientos dolorosos existen permite la autoconexión, la autocomprensión y la curación.
5) Aprende a nutrirte.
Si tu amigo o pareja estuviera llorando, ¿qué le dirías? Les dirías que se aguantaran y siguieran adelante? Quizás (dependiendo de la situación y de vuestra relación), pero probablemente no. Lo más probable es que le escucharas, intentaras ponerte en su lugar y le ofrecieras apoyo. Si esa misma persona estuviera enferma de gripe, le llevarías sopa o te ofrecerías a recoger sus deberes del colegio. Trátate a ti mismo de la misma manera. Si no te sientes bien, date el gusto de comer algo reconfortante, darte un baño caliente o ver tu película favorita. Si estás triste o te sientes deprimido, háblate con cariño. Aprender a nutrirse a sí mismo le permite hacerse amigo de sí mismo y depender menos de la persona de la que depende para que le cuide.
6) Empieza a defender tus necesidades.
Si usted depende emocionalmente de alguien, es común que comprometa sus propias necesidades y deseos para acomodarse a la otra persona porque le aterra perderla. Por ejemplo, puedes tener miedo de que si hablas se enfaden y te dejen, así que te quedas callado. El problema de esto es que te hace sentir resentido y deteriora tu autoestima. Puedes perder de vista quién eres y cuáles son tus necesidades, lo que te lleva a tener una relación poco saludable contigo mismo. Es importante ser capaz de identificar primero cuáles son tus necesidades y luego defenderlas. Una vez que empieces a hacerlo empezarás a reconocer que tus necesidades son importantes y dignas de ser satisfechas y podrás empezar a reconstruir tu confianza y autoestima.