A pesar de que está presente en casi todas las especies de vertebrados, hasta hace poco se sabía muy poco sobre la habénula. En los últimos años, sin embargo, la habénula ha recibido una cantidad significativa de atención por su papel potencial tanto en la cognición (por ejemplo, el procesamiento de la recompensa) como en trastornos como la depresión. Sin embargo, la habénula sigue siendo una estructura poco conocida cuyas funciones aún no se han dilucidado del todo.
¿Dónde está la habénula?
La habénula forma parte del diencéfalo y, junto con la glándula pineal, constituye una estructura llamada epitálamo. La glándula pineal se encuentra en la parte posterior del tálamo y está unida al diencéfalo por un tallo. En la base de ese tallo hay dos pequeñas hinchazones (una a cada lado); son las habénulas. La habénula se divide tradicionalmente en una sección lateral y otra medial.
¿Qué es la habénula y qué hace?
La habénula recibe información del sistema límbico y de los ganglios basales a través de un haz de fibras llamado estría medular. Envía información a zonas del cerebro medio que participan en la liberación de dopamina, como la sustancia negra y el área tegmental ventral. La habénula también tiene neuronas que se proyectan a zonas como los núcleos del rafe, que participan en la liberación de serotonina. Así pues, la habénula es una de las pocas estructuras conocidas del cerebro que puede ejercer una influencia sobre grandes poblaciones de neuronas tanto serotoninérgicas como dopaminérgicas.
La habénula y el procesamiento de la recompensa
Se cree que la dopamina y las zonas del cerebro ricas en dopamina, como la sustancia negra y el área tegmental ventral, son importantes para procesar la información relacionada con las recompensas. Cuando recibimos una recompensa -que puede ser cualquier cosa, desde un trozo de tarta de queso hasta una raya de cocaína- se produce la correspondiente actividad dopaminérgica, que parece estar asociada a lo satisfactoria que esperamos que sea la recompensa. Si la recompensa es mayor de lo que esperábamos (por ejemplo, una gran porción de tarta de queso, cubierta con sirope y con una guarnición de helado), nuestras neuronas dopaminérgicas se excitan con una actividad que parece ayudarnos a recordar los detalles de cómo hemos obtenido la recompensa. De este modo, nuestro sistema de dopamina nos ayuda a recordar cómo obtener la recompensa de nuevo. Cuando esta codificación de los detalles asociados a una recompensa se vuelve hiperactiva, puede dar lugar a la búsqueda obsesiva de recompensas que vemos en la adicción.
Pero cuando la recompensa es más pequeña de lo que esperábamos (por ejemplo, unas migajas de tarta de queso en un plato por lo demás vacío), la actividad de la dopamina en la sustancia negra y el área tegmental ventral se inhibe. Sin embargo, las recompensas más pequeñas de lo esperado provocan un aumento de la actividad en la habénula, mientras que las recompensas más grandes conducen a una inhibición de la actividad allí.
Por lo tanto, se ha planteado la hipótesis de que la habénula participa en la codificación de la información sobre las recompensas decepcionantes (o perdidas). También se ha descubierto que la habénula se activa en respuesta a castigos (por ejemplo, descargas eléctricas) y a estímulos que hemos asociado previamente con experiencias negativas. Basándose en toda esta información, se cree que la habénula desempeña un papel importante en el aprendizaje de las experiencias aversivas y en la toma de decisiones para evitar dichas experiencias desagradables en el futuro.
La habénula y la depresión
Se ha descubierto que la habénula se activa en respuesta al estrés, por lo que no es de extrañar -dada la fuerte relación entre el estrés crónico y la depresión- que se sospeche que la habénula está implicada en la fisiopatología de la depresión. Las neuronas de la habénula son hiperactivas en la depresión; algunos han sugerido que esta actividad puede corresponder a una mayor propensión al pesimismo. Se han encontrado anomalías estructurales de la habénula en los cerebros de pacientes que padecían un trastorno depresivo mayor, y en un caso, una paciente que no respondía a los tratamientos típicos para la depresión sí respondió a la estimulación cerebral profunda de su habénula lateral. En cualquier caso, aunque hay algunos indicios de la implicación de la habénula en la depresión, la asociación entre la habénula y la depresión sigue sin estar clara. Se necesitarán más investigaciones para determinar si existe un vínculo causal y, en caso afirmativo, cuál es la naturaleza de ese vínculo.
La habénula y el sueño
La habénula también parece desempeñar un papel en el sueño. Tiene conexiones mutuas con la glándula pineal, que segrega melatonina, una hormona importante para regular los ritmos circadianos y promover el sueño. También hay pruebas de que la propia habénula produce melatonina. La lesión de la habénula en animales de experimentación provoca una alteración del sueño de movimientos oculares rápidos (REM), por lo que la habénula puede tener un papel tanto en la promoción como en la calidad del sueño. Algunos han sugerido que el papel de la habénula en el sueño también puede estar relacionado con su función en la depresión, ya que los individuos deprimidos a menudo sufren trastornos del sueño.
Las funciones de la habénula están empezando a comprenderse. Hasta hace poco, nuestras técnicas de neuroimagen ni siquiera eran lo suficientemente potentes como para visualizar la habénula con una resolución adecuada. Ahora que esto ha cambiado, esta diminuta estructura está siendo reconocida como una parte importante del cerebro. Es probable que la próxima década revele algunos datos nuevos e interesantes sobre la importancia real de esta región del cerebro, antes oscura.