La mayoría de las personas averiguan el sexo de su bebé en desarrollo utilizando uno de los dos métodos.
Pruebas prenatales no invasivas
Las pruebas prenatales no invasivas (NIPT) utilizan análisis de sangre para evaluar el riesgo de varios trastornos genéticos. La NIPT también puede identificar el sexo porque la prueba busca la presencia de un cromosoma Y, el cromosoma que generalmente da lugar a un bebé varón.
Según un artículo, la precisión de la prueba varía, pero suele rondar el 98-99% o más. Normalmente, los médicos suelen realizar la prueba hacia la mitad o el final del primer trimestre, en torno a las 10 semanas o más.
Escaneo anatómico del segundo trimestre
Un escaneo anatómico del segundo trimestre es un ultrasonido detallado que ayuda al médico o al técnico de ultrasonido a ver los órganos del feto, la ubicación de la placenta y a determinar la salud del bebé en desarrollo y del embarazo.
Los proveedores de atención médica suelen programarlo dentro de las semanas 18 a 22 del embarazo.
En este momento, el bebé en desarrollo suele ser lo suficientemente grande como para que el profesional sanitario pueda ver los genitales. Un técnico experto suele poder identificar el sexo basándose en su aspecto.
Un estudio de 2012 sobre ecografías bidimensionales descubrió que los técnicos eran ligeramente mejores a la hora de predecir los fetos masculinos que los femeninos, con una tasa de éxito del 100% para los varones frente al 97,9% para las mujeres.
El personal sanitario no siempre puede detectar el sexo con una ecografía porque el bebé en desarrollo puede ser demasiado pequeño. Su posición podría no ser la ideal para ver los genitales, o algo podría obstruir la visión del técnico de los genitales.
Cuando esto ocurre, un profesional sanitario podría recomendar volver a realizar otra ecografía en unas semanas.
Pruebas más invasivas
Si una exploración anatómica muestra problemas potenciales con el feto, un médico puede recomendar pruebas adicionales más invasivas.
Según Planned Parenthood, tanto la amniocentesis como el CVS implican la toma de muestras de material genético. Aunque estas pruebas pueden predecir con exactitud el sexo del bebé en desarrollo, los médicos las realizan para identificar anomalías cromosómicas, como el síndrome de Down. No realizan estas pruebas de forma rutinaria para determinar el sexo.
Ambas pruebas pueden causar graves complicaciones, por lo que una persona no debe elegir ninguno de los dos métodos a menos que exista una razón médica para hacerlo.