La colecistostomía percutánea (CP), una técnica que consiste en la colocación de un catéter percutáneo en la luz de la vesícula biliar bajo la guía de imágenes, se ha convertido en los últimos años en una alternativa a la colecistostomía quirúrgica. Las indicaciones de la CP incluyen la colecistitis láctica o acalculada, la colangitis, la obstrucción biliar y la opacificación de los conductos biliares. También proporciona una vía potencial para la terapia de disolución y extracción de cálculos. Bajo condiciones de asepsia y con guía ecográfica, utilizando anestesia local, el procedimiento se lleva a cabo mediante la técnica de Seldinger modificada o la técnica del trocar. Se puede realizar una punción transhepática o transperitoneal como vía de acceso. Varios días después del procedimiento se realiza una colangiografía transcatéter para evaluar la permeabilidad del conducto cístico, la presencia de cálculos biliares y la posición del catéter. El tracto se considera maduro en ausencia de fugas a la cavidad peritoneal, espacios subhepáticos, subcapsulares o subdiafragmáticos. Las tasas de respuesta a la CP en la literatura están entre el rango de 56-100% según la variación de la población de diferentes pacientes. Las complicaciones asociadas a la CP suelen producirse de forma inmediata o en pocos días e incluyen hemorragias, reacciones vagales, sepsis, peritonitis biliar, neumotórax, perforación del asa intestinal, infección secundaria o colonización de la vesícula biliar y desprendimiento del catéter. Se han notificado complicaciones tardías como el desprendimiento del catéter y la colecistitis recurrente. La CP bajo guía ecográfica es un procedimiento rentable, fácil de realizar y fiable, con bajas complicaciones y altas tasas de éxito en pacientes críticos con colecistitis aguda. Generalmente va seguida de una colecistectomía electiva, si es posible. Sin embargo, puede ser el tratamiento definitivo, especialmente en la colecistitis acalculosa.