Esta revisión resume las principales características de los genes y proteínas CD1, los patrones de tráfico intracelular de las moléculas CD1 y cómo muestrean diferentes compartimentos intracelulares para los lípidos propios y ajenos. Describimos cómo los antígenos lipídicos se unen a las moléculas CD1 con sus cadenas alquílicas enterradas en bolsillos hidrofóbicos y exponen su grupo de cabeza lipídico polar cuya fina estructura es reconocida por el TCR de las células T restringidas a CD1. Las células T restringidas a CD1 desempeñan funciones efectoras, auxiliares y adyuvantes e interactúan con otros tipos celulares, como macrófagos, células dendríticas, células NK, células T y células B, contribuyendo así a las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas. Los conocimientos obtenidos en ratones y seres humanos delinean ahora la amplia gama de enfermedades en las que las células T restringidas a CD1 desempeñan papeles importantes y revelan diferencias en el papel de CD1a, CD1b y CD1c en contraste con CD1d. Las cadenas alfa del TCR invariables, la reactividad autolipídica y las respuestas efectoras rápidas permiten que un subconjunto de células T restringidas por CD1d (células NKT) tenga funciones efectoras únicas sin contrapartida entre las células T restringidas por MHC. Esta revisión describe la función de las células T restringidas a CD1 en las respuestas antimicrobianas, en la inmunidad antitumoral y en la regulación del equilibrio entre tolerancia y autoinmunidad.