(Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart) Categoría de tecnologías utilizadas para garantizar que es un humano quien realiza una transacción en línea y no un ordenador. Desarrollada en la Universidad Carnegie Mellon, se muestran palabras o letras aleatorias de forma camuflada y distorsionada para que puedan ser descifradas por las personas, pero no por el software. Se pide a los usuarios que escriban el texto que ven para verificar que son humanos.
Se crearon en respuesta a los bots (agentes de software) que rellenan automáticamente los formularios web como si fueran usuarios individuales. Los bots se utilizan para sobrecargar las encuestas de opinión, robar contraseñas (véase el ataque de diccionario) y, el más popular, para registrar miles de cuentas de correo electrónico gratuitas que se utilizan para el envío de spam. Los s se diseñaron para evitar que los no humanos realizaran este tipo de operaciones.
La batalla de los bots y los s
Después de que los s se desplegaran en 2001, los bots delincuentes se actualizaron para analizar el texto distorsionado, introducir el texto correcto y, por tanto, dejar sin efecto muchos estilos. En una batalla continua entre los bots y los s, el texto está cada vez más distorsionado y camuflado, lo que a menudo dificulta la decodificación por parte de los humanos.
Se han incorporado otros enfoques para validar la humanidad; por ejemplo, mostrar varias imágenes y preguntar qué objeto es común entre ellas, como un árbol o un perro. O bien, se puede mostrar una frase y pedir al usuario que vuelva a escribir una palabra; por ejemplo, «Introduzca la segunda palabra de la frase». Véase re, I Am Not a Robot, ataque de diccionario y prueba de Turing.
En este primer ejemplo de Carnegie Mellon, se camufla una palabra aleatoria y se pide a los usuarios que escriban lo que ven. (Imagen por cortesía de la Escuela de Ciencias Informáticas de Carnegie Mellon, www..net)
se distorsionan cada vez más para engañar a los bots, y las palabras reales han dado paso a letras y dígitos aleatorios. Sin embargo, al igual que los escritores de virus, que aprenden a codificar sus programas con mayor eficacia, también lo hacen los escritores de bots… un grupo creativo y amante de la diversión.