Las alcaparras, los capullos florales encurtidos o salados de un arbusto mediterráneo, normalmente se enjuagan o se ponen en remojo y luego se añaden a platos como la salsa verde o la salsa puttanesca, donde aportan un toque salado. Pero si se fríen las alcaparras en un poco de aceite de oliva, ocurre algo mágico: Se abren como una flor y los «pétalos» se vuelven crujientes y dorados. En esta forma, son una elegante guarnición para las ensaladas, los pescados asados o las carnes a la parrilla, y también son pequeños bocados adictivos por sí solos. El aceite sobrante de la fritura se impregnará de sabor a alcaparras y se podrá rociar sobre carnes, pescados o verduras.
Las alcaparras fritas son rápidas de preparar. He aquí cómo:
1. Si utiliza alcaparras en salmuera, escúrralas y séquelas con una toalla de papel. Si utiliza alcaparras saladas, remójelas en agua durante 30 minutos y luego escúrralas y séquelas con palmaditas.
2. Caliente 1/8 de pulgada (aproximadamente 1/4 de taza) de aceite de oliva o vegetal en una cacerola o sartén pequeña a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, añada las alcaparras de 1 a 2 cucharadas cada vez; al principio soltarán algo de líquido, así que tenga cuidado con las salpicaduras de aceite. Fríalas, girando suavemente la sartén, hasta que se doren, unos 45 segundos para las alcaparras pequeñas (sin espátula) o 90 segundos para las alcaparras grandes (con espátula).
3. Con una espumadera, transfiera las alcaparras a un plato forrado con toallas de papel para escurrirlas. Secar suavemente para absorber el exceso de aceite. Enfriar brevemente antes de utilizarlas.