Para la mayoría de los hombres y de los niños que van a ser hombres, ya han pasado los días en que ordeñar una vaca era una tarea tan común como lavar los platos. En la actualidad, la mayoría de las lecherías comerciales utilizan máquinas de alta tecnología, mientras que la tarea de ordeñar una vaca a mano antiguamente permitía a los granjeros y a sus familias establecer vínculos estrechos con los animales que les ayudaban a alimentarse cada día. Si eres un habitante de la ciudad, es poco probable que te encuentres con una situación que te exija ordeñar una vaca, salvo en un futuro postapocalíptico en el que haya vacas lecheras sanas y productoras de leche y necesites desesperadamente un helado. Pero esa no es la cuestión. La cuestión es que ordeñar una vaca a mano es una tradición muy arraigada en la sangre de nuestros ancestros agrícolas y aprender a hacerlo es tanto para preservar ese conocimiento como para practicarlo.
1: Lávese las manos y luego lubríquelas con vaselina o crema para ubres.
2: Utilice un trapo caliente para limpiar cualquier suciedad, residuo, pelo o estiércol de la ubre. Masajee la ubre mientras la limpia para ayudar a relajar los músculos en preparación para el ordeño.
3: Agarre el pezón colocándolo en la base de su pulgar e índice.
4: Enrosque sus dedos alrededor del pezón y apriételo hacia abajo contra la palma de su mano. No tire.
5: Vacíe las primeras onzas de leche en el suelo para deshacerse de los grumos o restos que se hayan acumulado en la tetina.
6: Comience a llenar un cubo limpio con la leche. Utilice su otra mano para comenzar a ordeñar la tetina adyacente, alternando la presión entre ambas para mantener un flujo constante.
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Ilustración de Ted Slampyak