Feb 12, 2017, 01:33 IST
En nuestro día a día, una de las preguntas más comunes que nos encontramos es ‘Cómo es la vida’ o más precisamente ‘Cómo te va’. Y nuestras respuestas son ‘bien’, ‘como siempre’, ‘va bien’, bla, bla, etc.
Yo no soy diferente, me enfrento a la misma pregunta tan a menudo como los demás. Y las respuestas son tan similares como otras.
Sin embargo un poco de introspección y todas estas respuestas no pasan la prueba. En realidad, estoy desperdiciando otra. Sentado aquí ahora mismo sé muy bien, que si me enfrento a «Cómo fue la vida» como la última pregunta antes de que pase a la eternidad; la respuesta sería «otra desperdiciada». Porque tal y como se está moviendo, es tan predecible. Tan común saber la verdadera respuesta. Demonios, todavía sólo para halagarnos a nosotros mismos o podría ser la gente que nos rodea aparentamos ser tan felices como siempre cada día hasta que todo se convierte en cenizas.
Hay gente que llega con gran acogida y encuentra todo en su sitio para empezar. Luego están los que no tienen ese privilegio por más que planifiquen su vida y pongan la marca en alto. Pero para la mayoría de nosotros, las masas, tan pronto como nos dejamos caer en la ‘Vida’ tiene su propio plan para nosotros. A lo largo de ella, seguimos tratando de hacerla al revés sin embargo la termina con el mismo resultado promedio. Y créanme que esa es la verdad de nuestra vida. En este teatro épico, desempeñamos nuestro papel de extras y desaparecemos en el tiempo sin dejar rastro y casi nadie se da cuenta. ¿Cómo llamar a tal miseria, no es desperdiciar una oportunidad?
Escuela, universidad, un trabajo, una casa, un coche, esposa/marido, hijos, ocio, diversión es todo eso para lo que sirve la vida. Estoy seguro de que la mayoría de nosotros seguimos el mismo patrón, la misma vieja rutina. Pero, ¿dónde está el motivo? ¿Dónde está el propósito? En toda esta complejidad, ¿nos preguntamos alguna vez por qué estoy aquí? ¿Y qué estoy haciendo? ¡¿Vale la pena?
Supongo que la respuesta es rara vez! Porque estamos ocupados cayendo en trampas; a veces a sabiendas, a veces sin saberlo. Y antes de que nos demos cuenta, todo ha terminado. Otra llega a su fin y la respuesta a la pregunta ‘Cómo fue la vida’ sigue siendo otra desperdiciada.
Todavía recuerdo, allá por el 2010 después de mi boda, que mi mujer y yo fuimos a visitar a un familiar. Y después del encuentro antes de despedirnos de ellos, mi mujer dijo ‘tío te invitaremos a nuestra casa cuando arreglemos un poco las cosas’. En respuesta, el tío sonrió y dijo ¡dudo que me inviten! Mi mujer me miró confusa. Continuó diciendo que se tarda toda una vida en instalarse y que, cuando crees que estás listo, te llaman. Y tan fiel a las palabras, han pasado 7 años, todavía estamos arreglando las cosas.
Asentarse es un trabajo muy duro en la vida. Realmente lleva toda una vida. Así que supongo que, en lugar de correr para establecernos, deberíamos intentar buscar el propósito. Deberíamos asignarnos algún motivo en la vida. En lugar de ser un nido, deberíamos liberarnos y ser un explorador. Deberíamos asignarnos algún objetivo para devolverlo a la sociedad, al planeta que nos está cosechando durante tanto tiempo. En resumen, en lugar de ser el típico tú, intenta marcar alguna diferencia en tu vida. De la manera más positiva posible. Siendo un dador, un explorador. Al menos, al final supongo que la respuesta a la pregunta «Cómo fue la vida» sería un poco diferente de esta manera que la habitual.
¡Salud!