¿Por qué comer bien?
Todos lo hemos oído antes, pero es cierto: comer bien es realmente bueno para ti. Cuando llevas una dieta bien equilibrada:
- tus niveles de energía se optimizarán
- te sentirás más sano y fuerte
- tu sistema inmunitario será más resistente
- pensarás con más claridad y manejarás mejor el estrés
- disminuirán tus posibilidades de desarrollar diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Todo es cuestión de equilibrio
Una dieta equilibrada es aquella en la que se come con moderación una amplia variedad de alimentos, en su mayoría saludables. Hay una gran diferencia entre comer bien y obsesionarse con las calorías, el tamaño de las porciones y la «alimentación limpia». Estar sano no es sólo una cuestión de aspecto o de peso.
Ningún alimento está prohibido cuando se mantiene una dieta sana, sólo es cuestión de la frecuencia y la cantidad de lo que se come. Así que no le des demasiadas vueltas y, desde luego, no te sientas culpable si comes un trozo de tarta o una galleta de vez en cuando.
Tu hoja de trucos de opciones saludables
Básicamente, es así: Los alimentos del círculo son tus alimentos «cotidianos». Los alimentos de la parte inferior derecha del gráfico son los de «a veces». No significa que no puedas comerlos, sólo que no deberías comerlos regularmente.
Tres datos (importantes) sobre la alimentación
1. Bebe agua. El agua constituye hasta el 60% del cuerpo humano, así que cuando sientas sed, la mejor opción es el agua. Considere los refrescos, las bebidas energéticas e incluso los zumos como un capricho ocasional.
2. No tema a las grasas. Las grasas forman parte de una dieta saludable. Pero no todas las grasas son iguales. Las grasas insaturadas, como las que se encuentran en los aguacates, los frutos secos y el aceite de oliva, deben desempeñar un papel importante en su dieta. Evita en la medida de lo posible las grasas saturadas y trans -que se encuentran en la mantequilla, los fritos, la bollería y los pasteles-.
3. Reduce el azúcar. En 2015, la Organización Mundial de la Salud hizo una firme recomendación para que los adultos reduzcan su consumo de azúcar a menos del 10% del total de calorías diarias. Como guía aproximada, esto significa menos de diez cucharaditas de azúcar al día. Sólo una lata de refresco contiene esta cantidad de azúcar, así que ya ves que tienes que vigilar de cerca el dulce.
Cómo cambiar tus hábitos alimenticios
Si quieres cambiar tus hábitos alimenticios, tendrás que tener la actitud adecuada. Aquí tienes unos cuantos consejos sobre cómo enfocar una buena alimentación:
- No intentes cambiar tus hábitos alimenticios por completo de inmediato. Hazlo en un proceso gradual.
- Empiece con objetivos alcanzables, como tomar una pieza de fruta cada día, o añadir ensalada o verduras a una comida.
- Experimente con varios alimentos saludables y vea cuáles le gustan. Los mejores chefs del mundo saben que una comida «sana» no significa una comida «sin sabor».
- Permítase algún que otro capricho. Es más probable que sigas comiendo bien si no te sientes privado.