En primer lugar, siempre hay más de una manera de manejar una situación social incómoda. Ninguna sugerencia va a funcionar siempre. Tienes que analizar el ambiente, considerar a la persona con la que estás tratando y recordar tu objetivo final o la razón por la que estás dando esta mala noticia. Me he visto en esta situación con demasiada frecuencia y todavía estoy muy lejos de ser un experto, así que pregunté a gente que sí lo es, así como a un puñado de personas normales en Internet. Esto es lo que aprendí.

Asegúrate de que estás tomando la decisión correcta

El rechazo es desagradable para todos los involucrados, y decirle a alguien que no te gusta es probablemente uno de los peores tipos. Por esa razón, no querrás tomar la decisión a la ligera. Debes estar seguro de que no quieres a esa persona en tu vida en una determinada capacidad o en absoluto antes de pensar en cómo decírselo. El estudiante de doctorado en psicología clínica y terapeuta en prácticas Brian Newton sugiere que primero considere sus objetivos:

Si digamos que un cliente me preguntara: «¿Cómo le digo a X que no me gusta?», mi primera pregunta sería por qué quiere decirle eso a la persona; cuál es su objetivo. Hay muchas personas en nuestra vida que no nos gustan, pero no siempre es eficaz decírselo, no favorece nuestros objetivos. Si a alguien no le gusta su jefe y necesita su trabajo, decirle eso probablemente no sea efectivo para lo que realmente quiere. Así que, de hecho, yo diría que la pregunta más útil es: «¿Qué quiero de esta persona?»

Si quieres que esta persona salga de tu vida, tienes que considerar también la situación. Como señala Brian, decirle a tu jefe que no te gusta no va a ser terriblemente útil. Si tu objetivo es sacar a tu jefe de tu vida, probablemente sea mucho más fácil encontrar otro trabajo. Si tienes un compañero de trabajo molesto, probablemente querrás consultar con el departamento de recursos humanos antes de tomar cualquier medida. Las relaciones personales ofrecen un poco más de libertad, pero no necesariamente querrás quemar un puente si es innecesario. Asegúrate de sopesar tus opciones y considerar los posibles resultados. A veces tiene más sentido dedicar poco esfuerzo a una relación personal que ponerle fin. Sin embargo, si crees que terminar con ella es lo mejor para ti, sigue leyendo.

No seas un idiota

Me gustaría pensar que no hace falta decir que no debes ser malo cuando le dices a alguien que no te gusta. Después de todo, la interacción ya es desagradable e incluso si ellos sienten lo mismo por ti, sigue siendo algo que duele escuchar. Dicho esto, he conocido a personas que son insensibles simplemente porque es más fácil y me he conocido a mí misma siendo mala sin querer. A veces uno mete la pata, pero al menos puede intentar ser amable. Como señala el terapeuta matrimonial y familiar Roger Gil, no sólo es lo correcto, sino que en realidad es lo mejor para ti a largo plazo:

Siempre es importante respetar los sentimientos de otra persona (siempre que no te esté faltando al respeto o cruzando los límites). Además, ser mezquino con tu «rechazado» podría volver a alguien con quien sí quieres salir y darte la reputación de «gilipollas».

Probablemente he adquirido la etiqueta de «gilipollas» con unas cuantas personas sin querer. A veces he intentado ser amable, pero la amabilidad a menudo puede resultar engañosa. Si he aprendido algo de mis errores, es que es importante encontrar la línea entre ser firme y ser respetuoso. Ser firme es a menudo necesario para la claridad y puede sonar duro, pero generalmente es mejor que proporcionar a la gente incertidumbre. La confusión, en última instancia, perjudica más a largo plazo.

Prepárate con antelación y planifica lo incómodo

Como humanos, nos gusta intentar eliminar la incomodidad y el conflicto de cada situación, pero a menudo es inevitable. Es mejor entender que algunas situaciones serán desagradables, aceptar esa realidad y creer que un poco de incomodidad ahora ahorrará mucha incomodidad en el futuro. También habrá ocasiones en las que te sorprenderá el interés de alguien, por lo que puede ser útil tener preparadas algunas respuestas para evitar crear problemas adicionales. Roger Gil explica:

Al preparar respuestas enlatadas, es importante ser sincero. «Tengo novio/novia» o «No busco salir con nadie en este momento» no son buenas respuestas si no son la verdad porque si tu rechazado ve que te comportas como un soltero o ve tu perfil de citas online, acabas de crear la situación incómoda que querías evitar. Yo diría algo como: «Me siento muy halagado. Pareces una buena persona, pero no te veo así. Sin embargo, admiro tu asertividad». La idea es decir la verdad al tiempo que se comunica el respeto por la otra persona. Si son relativamente «normales», lo tomarán como una señal para alejarse con su orgullo intacto. Si se vuelven insistentes, no respetan tus deseos o montan una escena, entonces ten por seguro que es su problema y defiéndete de forma adecuada.

Al terminar una relación no romántica, no podrás dar una respuesta. Tendrás que dar la mala noticia, y esto siempre es incómodo. Por supuesto, querrás ser lo más amable y gentil posible, pero a la hora de decir que no quieres que seáis amigos es importante recordar dos cosas: ser claro y definitivo. Cuando tengas una respuesta preparada, evita afirmaciones como ésta:

«No creo que podamos seguir siendo amigos»

Las palabras problemáticas aquí son «no creo». Esto deja espacio para la interpretación y preguntas adicionales que serán incómodas de responder. La persona a la que estás rechazando puede preguntar por qué no lo crees, y luego tratar de proporcionar contraargumentos. Lo que funciona mejor es una declaración como ésta:

«No quiero que sigamos siendo amigos»

Esto suena duro de leer, y ciertamente puedes prologar la declaración con un lenguaje más suave para que sea más fácil de tragar (por ejemplo, «Necesito decirte algo difícil y me disculpo por decirlo así porque no quiero herirte, pero quiero ser lo más claro posible»). Lo más probable es que te pidan explicaciones independientemente de cómo lo digas, así que prepárate para ofrecer una explicación que tenga más que ver contigo que con ellos. No querrás caer en el territorio de «no eres tú, soy yo», pero tampoco querrás dejar espacio para preguntas y discusiones interminables. Simplemente decir que no disfrutas pasando tiempo con ellos debería ser más que suficiente. Es duro decirlo, pero la alternativa puede ser mucho peor. No querrás pasarte la siguiente hora explicando todas las razones, y ellos no querrán oírlas. Cuando una persona hace muchas preguntas suele ser porque quiere intentar hacerte cambiar de opinión. Si estás seguro de que no quieres a esa persona en tu vida, es mejor retener la mayoría de los detalles. El hecho de que no te guste uno (o varios) aspectos de su personalidad no significa que a otra persona no le guste, y no tiene sentido hacerles creer que lo que son es malo. A no ser que muestren un comportamiento universalmente terrible y que decírselo beneficie a todos los que conozcan, realmente no te corresponde juzgar a otro por lo que es. El único juicio que quieres hacer es si son o no compatibles contigo.

Entender cómo le gusta a la gente recibir las malas noticias

Cuando pregunté a los lectores de Lifehacker y a otras personas en la web cómo preferían recibir las malas noticias ellos mismos, las respuestas variaron bastante. En su mayoría, la gente se dividía en dos bandos: o bien preferían escuchar las malas noticias rápidamente y arrancar la venda, o simplemente no querían ninguna confrontación y querían recibir el mensaje tácito a través de la falta de contacto. Entonces, ¿cómo se puede saber qué prefiere una persona concreta? Preguntas.

Aunque suene incómodo, en realidad es fácil de hacer en casi cualquier contexto. Cuando estés conociendo a una persona, simplemente saca a colación una situación en la que hayas tenido que dar esta mala noticia a alguien en el pasado. Todo lo que tienes que decir es que no estabas seguro de cómo manejarlo, ya que eso es esencialmente una petición de consejo. La persona con la que hables te dirá cómo le gustaría que se lo dijesen, y si alguna vez tienes que decirle que no te gusta, sabrás exactamente cómo hacerlo. Saberlo no eliminará la incomodidad de la situación, pero al menos puedes estar tranquilo de que no estás abordando la conversación a ciegas.

Puedes preparar todo lo que quieras, pero en última instancia no sabes lo que va a pasar. Tus mejores esfuerzos pueden resultar en un problema. A veces cometerás errores y será tu culpa, y a veces descubrirás que la persona con la que tratas es emocionalmente volátil. Es una situación difícil y está bien sentirse mal durante un tiempo. Si lo haces, significa que realmente te importan los demás y eso es bueno. Pero no te quedes demasiado tiempo con los malos sentimientos. En algún momento probablemente conocerás a alguien que tendrá que decirte lo mismo. Ellos también pueden cometer errores, así que sé indulgente. Nadie es perfecto.

Un gran agradecimiento a Roger S. Gil, M.A.M.F.T. y Brian Newton, MA, por sus contribuciones a este post. Puedes seguir a Roger en Twitter y consultar su podcast. Si buscas más información sobre las habilidades interpersonales, Brian recomienda leer la sección de Eficacia Interpersonal del libro Terapia Dialéctica Conductual. Puedes aprender más sobre él aquí.

Si tienes alguna situación incómoda que no sabes cómo manejar, háznoslo saber y quizás sea un buen tema para un futuro post.

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