Se estudiaron las células formadoras de colonias de granulocitos-macrófagos (GM-CFC) en la sangre de perros para evaluar su relación con las GM-CFC de la médula ósea en condiciones normales y su implicación en la regeneración hemopoyética tras diferentes tipos de exposición a la radiación ionizante. La GM-CFC podría definirse como elementos sanguíneos regulares que muestran niveles característicos de su concentración en perros individuales en el rango de 20 a 300 células por ml. En términos relativos, se encontró que las cifras de GM-CFC presentes en la sangre total de perros normales eran del orden del 0,1% de las cifras de GM-CFC presentes en la médula ósea. Una pequeña fracción de la población de GM-CFC en la médula ósea, es decir, alrededor del 1%, puede movilizarse a la sangre periférica en un plazo de tres horas mediante la inyección intravenosa de sulfato de dextrano (DS). Estas células se caracterizan por un tamaño pequeño y una fracción de fase S baja, similar a las GM-CFC que están normalmente presentes en la sangre. La irradiación total del cuerpo con dosis únicas de 0,8 Gy y más causó un patrón característico de cambios secuenciales en la concentración de GM-CFC en sangre que estaban relacionados con la recuperación de la población de GM-CFC de la médula ósea. La concentración de GM-CFC en sangre mostró una depresión extrema en los primeros 15 días, un aumento transitorio desde el día 17 hasta el día 35 y permaneció en valores subnormales durante varias semanas y meses. La regeneración de la población de GM-CFC en la médula ósea que podía ser movilizada a la sangre por la SD se retrasó de forma similar a la recuperación de los valores de GM-CFC en sangre. En los perros que fueron sometidos a una exposición continua a la radiación (0,019 Gy/día) que causó daños permanentes en el sistema hemopoyético, las cifras de GM-CFC en la sangre permanecieron permanentemente deprimidas. La irradiación parcial del cuerpo de los perros con una dosis mieloablativa (11,7 Gy) administrada en la parte anterior del cuerpo fue seguida de cambios secuenciales en la concentración de GM-CFC en la sangre específicos para este tipo de exposición. El patrón de cambios estuvo determinado por los efectos directos de la radiación, las respuestas compensatorias en la médula ósea protegida y los eventos de regeneración en la médula ósea irradiada. Por otra parte, se pudo demostrar que la repoblación y el restablecimiento del tejido hemopoyético se inician con la siembra de células hemopoyéticas (incluyendo GM-CFC) de la médula protegida.