Para su expedición a Clipperton, llevada a cabo en colaboración con la Universidad de la Polinesia Francesa, el equipo de Pristine Seas preparó un impresionante conjunto de herramientas y equipos de última generación. Entre los elementos de su lista de control: equipo de buceo y de fotografía, cámaras de caída, cámaras pelágicas, estaciones de vídeo submarino, kits de muestreo científico, equipo de marcado de tiburones y atunes, y un submarino para tres personas.
Al viajar a mil kilómetros de la costa de México, se propusieron comprender mejor los arrecifes de la isla, las aguas profundas inexploradas y los montes submarinos circundantes. Tras 140 inmersiones de buceo, 14 inmersiones submarinas, 58 despliegues de cámaras remotas, un estudio terrestre de cinco días y un estudio de las algas de la laguna de dos días de duración, el equipo logró una evaluación exhaustiva del ecosistema.
Las aguas de Clipperton, según descubrieron, están repletas de vida. Un alto grado de cobertura de coral, una fuerte población de tiburones, morenas extremadamente valientes y una abundancia de peces endémicos indican un ecosistema vibrante. Sin embargo, incluso en este lejano puesto de avanzada, libre de actividad humana durante un siglo, el equipo observó claras evidencias de la presión pesquera, incluyendo un gran número de líneas de pesca y tiburones desproporcionadamente jóvenes.