Paso 1: Para las rodillas rasgadas, primero ponte los vaqueros elegidos y marca con un bolígrafo o lápiz dónde está el pliegue de la rodilla. A continuación, quita los vaqueros y colócalos en una superficie plana.
Paso 2: Corta un corte horizontal a lo largo de la marca de la rodilla -recuerda meter un trozo de cartulina dentro de la pierna para proteger la parte trasera. Si quieres más cortes o prefieres el aspecto de vaquero acuchillado extremo, añade otra hendidura unos dos centímetros por encima o por debajo de la primera, y sigue como quieras.
Paso 3: Con unas pinzas, tira de los hilos horizontales individuales de los lados de la hendidura, y luego tira con cuidado de los hilos verticales entre la hendidura para darle un toque angustiado.
Paso 4: Para dar el toque final, utiliza el papel de lija (o un rallador de queso puede servir), deshilachando y esponjando los bordes -o cualquier otra zona del vaquero- para conseguir el efecto rasgado deseado. Por último, lave y seque los vaqueros en la secadora para conseguir ese aspecto desgastado.
Paso 5: Añada todas las aberturas que desee a sus vaqueros para crear su vaquero rasgado perfecto. Recuerda que los rotos funcionarán mejor en los lugares en los que tus vaqueros se desgastarían de forma natural, como las rodillas, los bolsillos traseros y los dobladillos.