¿Alguna vez te has aguantado un pedo para salvar la cara? Lo más probable es que, si eres sincero, la respuesta a esa pregunta sea un sí.
Pero, lo que estás a punto de leer podría hacer que te lo pienses dos veces la próxima vez que sientas esa acumulación de gases en tu barriga.
Porque aguantarse un pedo no sólo te hará sentirte incómodo, sino que podría acabar respirando el pedo por la boca.
Según la profesora Clare Collins, experta en nutrición y dietética de la Universidad de Newcastle.
Escribiendo para The Conversation, dijo que aguantar el viento atrapado podría causar distensión abdominal, «con parte del gas reabsorbido en la circulación y exhalado en el aliento».
«Aguantar demasiado tiempo significa que la acumulación de gas intestinal acabará saliendo a través de un pedo incontrolable», añadió la profesora Collins.
Mientras tanto, advirtió que también podría conducir a una condición llamada diverticulitis, pero señaló que la evidencia no era clara.
Esto es cuando se desarrollan pequeñas bolsas en el revestimiento del intestino y se inflaman.
Las ventosidades son una respuesta totalmente natural a la digestión de los alimentos por parte del organismo.
A medida que los alimentos se descomponen en el intestino delgado, los trozos que no se pueden digerir siguen avanzando por el tracto gastrointestinal hasta llegar al intestino grueso o colon.
A medida que las bacterias del intestino descomponen los alimentos mediante la fermentación, se producen gases.
Algunos se reabsorben a través de la pared intestinal hacia la circulación y finalmente se exhalan a través de los pulmones o se excretan en forma de pedo.
Cuando se trata de investigar los pedos de ruptura, el profesor Collins dijo que podría ser difícil encontrar voluntarios dispuestos.
Pero un estudio reciente descubrió que durante un período de 24 horas la persona promedio se tira unos ocho pedos (eso es ocho pedos individuales o una serie de pedos).
La investigación descubrió que la gente se tiraba más pedos después de una comida copiosa y menos por la noche.
El profesor Collins dijo que los gases producidos en los intestinos provienen de diferentes fuentes.
«Puede ser por tragar aire», dijo. «O del dióxido de carbono que se produce cuando el ácido del estómago se mezcla con el bicarbonato en el intestino delgado.
«O los gases pueden ser producidos por las bacterias que se encuentran en el intestino grueso».
Los pedos más olorosos se debían a los gases que contienen azufre, según un estudio.
Dieciséis adultos sanos fueron alimentados con judías pintas y lactulosa, y el olor fue evaluado por dos jueces – ¡sí, pobrecitos!
La buena noticia fue que, en un experimento de seguimiento, los investigadores descubrieron que un cojín forrado de carbón vegetal «ayudaba a sofocar el olor de los gases sulfurosos».
Y por último, pero no por ello menos importante, en lo que respecta a las noticias sobre pedos, el profesor Collins dijo que los pilotos de aviones estaban en la línea de fuego.
«Las cabinas presurizadas de los aviones implican una mayor probabilidad de expulsar el flato debido a que el volumen de gas se expande con la menor presión de la cabina en comparación con el suelo», dijo.
Entonces, ¿qué deberías hacer la próxima vez que te invadan las ganas de expulsar gases en un lugar público?
Intenta ir al baño, pero tanto si lo consigues como si no, el profesor Collins dijo que lo mejor para tu salud intestinal es dejarte llevar.
Este artículo apareció originalmente en The Sun y fue reproducido con permiso