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Los camellos fueron domesticados hace más de 3.000 años y, a día de hoy, los humanos dependen de ellos para transportarse por entornos áridos. Pueden cargar fácilmente 90 kilos mientras caminan 32 kilómetros al día en el duro desierto. Los camellos pueden viajar tan rápido como los caballos, pero también pueden soportar legendarios periodos de tiempo sin comida ni agua. Los humanos han utilizado a los camellos por su lana, leche, carne, cuero e incluso estiércol, que puede utilizarse como combustible.

El camello dromedario, también conocido como camello árabe, existe hoy en día sólo como animal domesticado. Alrededor del 90% de los camellos del mundo son dromedarios. Hay dos tipos de camellos bactrianos: los salvajes y los domesticados. Los camellos bactrianos silvestres son mucho más recortados, con jorobas más pequeñas y menos pelo, que los camellos bactrianos domesticados.

El camello dromedario tiene una joroba y el camello bactriano tiene dos. Cuál es la forma más fácil de recordar los nombres? Piensa en la letra D mayúscula tumbada de lado con una sola joroba: D significa dromedario. Ahora piensa en la letra mayúscula B de lado con dos jorobas: B de bactriano. ¿Pero qué hay en esas jorobas? Almacenan grasa, no agua. La grasa se convierte en una fuente de energía para el camello. Los dromedarios son camellos domesticados. Pero siguen escupiendo cuando se les molesta.

El tiempo que un camello puede sobrevivir con esta energía almacenada depende del clima y de los niveles de actividad del animal. El tamaño de la joroba puede cambiar, dependiendo de la cantidad de comida que ingiera el camello. Cuando la comida escasea, el cuerpo del camello utiliza la grasa almacenada en la joroba, lo que hace que ésta se incline y caiga.

Un camello puede pasar una semana o más sin agua, y puede durar varios meses sin comida. Puede sobrevivir a una pérdida de peso del 40 por ciento y beber hasta 32 galones (145 litros) de agua en una sola sesión.

¿Los camellos realmente escupen? Sí, y es muy desagradable. Pero en realidad no escupen, es más bien como si vomitaran. Suben el contenido de su estómago, junto con la saliva, y lo proyectan hacia fuera. El objetivo es sorprender, distraer o molestar a lo que el camello considera una amenaza. Se puede saber si un camello está a punto de escupir: sus mejillas se llenan y se abultan.

Se podría pensar que un animal grande como un camello estaría a salvo de los depredadores, pero se sabe que los camellos bactrianos han sido atacados en los pozos de agua por lobos.

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