9 datos escalofriantes sobre el pionero de la comida congelada Clarence Birdseye

Cada vez que coges una cena congelada para una comida rápida y sin preparación, estás en deuda con Clarence «Bob» Birdseye (1886-1956). El inventor fue el pionero del método de congelación rápida, que convirtió la industria de los alimentos congelados en una empresa de mil millones de dólares. Consulte algunos datos sobre la vida de Birdseye que revelan su genialidad como innovador alimentario y por qué estuvimos a punto de disfrutar de un caimán congelado.

1. FUE COMERCIANTE DE PIELES.

Como muchos genios, Birdseye no tenía su vida del todo planeada. Con la esperanza de convertirse en biólogo, se matriculó en el Amherst College en 1910, pero no pudo completar sus estudios porque la matrícula era demasiado cara. En su lugar, se convirtió en naturalista de campo para el U.S. Biological Survey. En 1912, se unió a una misión médica de seis semanas en Labrador, Canadá. Allí, en su tiempo libre, trabajó en el comercio de pieles. Esta experiencia resultó ser un punto de inflexión crucial en la vida de Birdseye.

2. LO INSPIRÓ EL INUIT.

Mientras estaba de viaje, Birdseye observó cómo los inuit realizaban su propia versión de la congelación rápida. Después de pescar, utilizaban un cuidadoso equilibrio entre el hielo y las condiciones ambientales para congelar instantáneamente su comida sin destruirla. (El aire era tan frío -a veces hasta -45 °F- que el pescado capturado se congelaba en el aire). Cuando el pescado se descongelaba, Birdseye estaba encantado de comprobar que seguía teniendo buen sabor. La diferencia radicaba en que los alimentos congelados lentamente formaban cristales de hielo que destruían las células y el sabor, mientras que los congelados rápidamente (o «ultracongelados») no lo hacían. Pensando que podría adaptar los mismos principios a otros alimentos como las verduras, Birdseye regresó a Estados Unidos en 1917 con la ambición de desarrollar una máquina de congelación rápida. En 1923 ya estaba experimentando con varios métodos en su cocina de los suburbios de Nueva York. Uno de ellos consistía en carne de conejo, cajas de caramelos y hielo seco.

3. DESARROLLÓ DOS MÉTODOS PARA LA CONGELACIÓN RÁPIDA.

Deseoso de reproducir el método inuit para la producción en masa, Birdseye ideó dos métodos novedosos para la congelación rápida de alimentos. Utilizando cloruro de calcio, Birdseye podía enfriar cintas metálicas a -45°F y presionar los alimentos entre ellas, acelerando el proceso de congelación. Luego mejoró este proceso utilizando placas metálicas huecas llenas de un refrigerante a base de amoníaco. Al apretarlas entre estas placas, la carne y las verduras se podían congelar en 30 a 90 minutos.

4. LA GENTE TEMÍA EL PESCADO CONGELADO.

Aunque su ingenio acabaría teniendo éxito, al principio la gente desconfiaba mucho del marisco congelado. Los consumidores no tenían una base de comparación y no sabían qué esperar en cuanto a sabor; los ferrocarriles y los propietarios de las tiendas, por su parte, estaban preocupados por la posibilidad de ser considerados responsables si los alimentos descongelados enfermaban a la gente. Pero había suficiente potencial para que Birdseye vendiera su empresa, General Seafood Corporation, a Postum en 1929. (Más tarde, Postum cambió su nombre por el de General Foods.)

5. HIZO QUE TODA LA INDUSTRIA DE LOS ALIMENTOS CONGELADOS SE CONVERTIERA.

Antes de los métodos patentados por Birdseye, nadie almacenaba ni comía realmente alimentos congelados (entonces llamados «alimentos escarchados») debido a su terrible sabor -era tan nocivo que el Estado de Nueva York incluso prohibió su uso para alimentar a los presos. Para conseguir que el público en general aceptara los alimentos congelados como un producto viable en el mercado, Birdseye -que seguía trabajando para General Foods después de la venta- tuvo que desarrollar envases, cajas de congelación y métodos de transporte. Fue un proceso arduo que incluyó mercados de prueba y ventas a gran escala, pero en 1944, los vagones refrigerados llevaban los productos Birdseye (etiquetados como Birds Eye) a las tiendas de todo el país, y los clientes los llevaban a casa para guardarlos en sus congeladores domésticos recién comprados.

6. PROBÓ CONGELAR TODO. INCLUSO ALIGATORIOS.

Birdseye estaba prácticamente obsesionado con encontrar los posibles límites del proceso de congelación de alimentos. Trabajando en su fábrica de Gloucester, Massachusetts, Birdseye experimentó con casi todo lo que pudo conseguir. Además de pescado, carnes y verduras, también probó a congelar marsopas, ballenas, tiburones y un caimán.

7. REINVENTÓ LOS GUISANTES.

Mientras se ocupaba de amasar su imperio de alimentos congelados, Birdseye tuvo un efecto material en la apariencia de un alimento. Al escaldar los guisantes verdes antes de congelarlos, Birdseye se dio cuenta de que la verdura se volvía de un verde vibrante. Los guisantes de colores pronto se convirtieron en un producto básico del mercado de las verduras congeladas.

8. TAMBIÉN CAMBIÓ LA INDUSTRIA DEL TABACO.

Birdseye buscaba constantemente formas de perfeccionar su proceso de producción de congelación rápida. Consciente de que los envases de los alimentos congelados se condensarían, recurrió al invento francés del celofán para envolver el pescado. Pero el envase se desintegraba en cuanto se mojaba. Birdseye convenció al fabricante de celofán, DuPont, para que creara una versión a prueba de humedad. Fue su único cliente hasta que las empresas de cigarros y cigarrillos se dieron cuenta de que el material mantendría secos sus productos.

9. ESTUVO OCUPADO HASTA EL FINAL.

Birdseye murió en 1956 a los 69 años, pero la edad no había frenado su ambición. En el momento de su muerte, esperaba perfeccionar un proceso por el que la caña de azúcar pudiera convertirse en pasta de papel. Hoy, sus productos Birds Eye siguen poblando prácticamente todas las secciones de alimentos congelados de todos los supermercados del país.

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